“La gente no abandona los trabajos, abandona a los jefes porque no se identifica con sus proyectos”. Detrás de esta afirmación, hay 25 años de experiencia en la gestión de personas en las organizaciones, innumerables currículums y entrevistas desde recursos humanos, y una especialización en psicología del trabajo escogida desde un ADN empresarial.

Esther Casademont (Bescanó, 1964) decidió seguir en el mundo que mamó de pequeña -su padre mataba cerdos en el garaje de casa y su madre despachaba en un mostrador las carnes y embutidos que construirían la firma y prestigio, hasta hoy, de Casademont S. L.-, pero esta hija, una de las seis del matrimonio, eligió atender al valor imprescindible de la empresa: las personas. En ello sigue hoy, ayudando a empresarios a remontar la crisis ubicando sus talentos de la mejor manera para hacer de ellos fans de los proyectos que tienen entre manos.

“La verdadera implicación no llega si uno no le ve sentido a lo que hace, si no se emociona, igual que un culé con los colores de su equipo”, afirma. “En adelante será así, la gente elegirá proyectos. En igualdad de condiciones, prefieren hacer algo que les haga vibrar y donde sus habilidades y motivaciones sean la energía, y su ilusión, el motor de su éxito”, expone Casademont. 

VALORAR EL TALENTO

“Del inventario de personal hay que pasar al mapa de talento y de la selección curricular, a la actitudinal”, señala. "¿Quién pregunta a las personas de una empresa si están contentas con el trabajo que realizan o qué preferirían hacer? Sabemos que los niveles de infelicidad en el trabajo son elevadísimos, la gente solo espera la hora de salir, miran desde sus pantallas ofertas de otros empleos”, añade la ‘headhunter’, que ha osado a definirse como ‘fanhunter. 

“Si los altos directivos no prestan atención a las emociones, el bienestar y a la conciencia de equipo, no saldrán adelante. Y no hay que hacer psicoanálisis, solo preguntar y escuchar”, dice la fundadora de Hunivers People Hub, la empresa que ha fundado para asesorar a los responsable empresariales.

DIEZ MUJERES

“Somos diez compañeras de viaje, nueve ‘freelance’ y yo, expertas en comunicación, organización, formación y retribución. La más joven tiene 45 años. No hay horarios, pero sí objetivos concretos e implicación en un mismo proyecto, con la mirada en los recursos humanos de pymes (40% de sus clientes) y de multinacionales”, explica.

Tras un primer año -2014- con pérdidas, la empresa cierra este año en punto muerto y prevé facturar 800.000 euros en el 2016. “Mi sueño es llegar a ser una cooperativa, porque compartir es ganar”, puntualiza la empresaria. 

Después de trabajar como consultora en dos multinacionales, y de fundar su consultoría, con 23 personas y facturando un millón de euros del 2005 al 2008, Casademont también vivió la crisis. Pero, en el 2013, hizo borrón y cuenta nueva.