La Comisión Europea admite que muchas de las diferencias en las comisiones pueden atribuirse a las condiciones en las economías nacionales, distintos niveles de poder adquisitivo, reglamentaciones diferentes o costes de financiación variados. Sin embargo, “no hay una aparente justificación para la gran diferencia de precios que existe en productos no vinculados con la situación geográfica o el riesgo local como los seguros de vida, aunque las expectativas de vida sean diferentes en cada estado miembro”, alertan los expertos europeos.
A su vez constatan también que, aunque es habitual que los consumidores cambien de súper o tienda en busca de la oferta más barata, no ocurre lo mismo con los productos financieros al por menor debido a que muchas entidades bancarias exigen por ejemplo la tarjeta de residencia para abrir una cuenta. Según una encuesta realizada por el Ejecutivo comunitario, el 85% de los encuestados que tenían una tarjeta de crédito o préstamo ni han cambiado de proveedor ni han intentado hacerlo.
INSTATISFACCIÓN
Las autoridades comunitarias aspiran a clarificar las necesidades de los consumidores y empresas
“Los servicios financieros al por menor están entre las áreas donde mayor insatisfacción existe entre los consumidores. Esta combinación de insatisfacción, precios distintos y bajos niveles de cambio indican que la competencia no funciona adecuadamente en estos mercados o que las barreras de entrada y salida frenan a los consumidores a la hora de encontrar las mejores ofertas”, reconocen en Bruselas que ven en la digitalización y el auge de la venta de productos financieros a través de internet una oportunidad para cambiar la situación.
La Comisión aspira ahora a que la consulta pública abierta, que estará en marcha hasta mediados de marzo, ayude a clarificar las necesidades de consumidores y empresas con vistas a presentar un nuevo plan de acción a finales de 2016.