ESCÁNDALO DEL 'DIESELGATE'

Volkswagen confirma las inversiones mientras espera la oferta de ayudas del Govern

El presidente del grupo asegura que "no se ha tomado ninguna decisión negativa" sobre los 4.200 millones para Martorell y Pamplona

La Generalitat espera concretar en las próximas semanas el apoyo público, para el que pide más fodos del Ejecutivo central

Primera reunión de la comisión de seguimiento de las inversiones de Seat por el escándalo del dieselgate. En la foto representantes de la Generalitat, Seat y sindicatos / FOTO ALBERT BERTRAN

Volkswagen ratifica que mantiene sus inversiones en España. Lo ha hecho casi simultáneamente en la primera reunión de la comisión de seguimiento del caso de los motores trucados creada en Catalunya, así como en la sede central del grupo en Alemania. El presidente de la multinacional, Matthias Müller, se ha pronunciado sobre los 4.200 millones que prevé invertir en España hasta el 2019 con cierta ambigüedad al indicar que "no hay ninguna decisión negativa" tomada al respecto.

"Estudiamos todo nuestro programa de inversiones y no hay ninguna decisión negativa respecto a España por lo que estas inversiones se mantendrán como estaba previsto", ha dicho Müller en un contacto con la prensa mantenido en Wolfsburg. En el conjunto del consorcio, las inversiones se reducirán en 1.000 millones anuales

Casi a la misma hora, el vicepresidente de recursos humanos de Seat, Xavier Ros, lanzaba un mensaje similar en Barcelona: "Confirmamos el compromiso inversor del grupo en Catalunya y España", ha explicado después de confirmar la noticia al conseller en funciones de Empresa i Ocupació, Felip Puig, y a los dirigentes de UGT y CCCO y representantes del Clúster de la Indústria d'Automoció y de los concesionarios. 

AYUDA CATALANA PENDIENTE DE CONCRETAR

Sin embargo, la inversión no está completamente atada ya que dependende del apoyo público que reciba con ayudas y créditos. En el caso de Navarra, ya está claro que Volkswagen recibirá unos 110 millones, unos 50 del Gobierno foral y unos 60 del Ejecutivo central, por su inversión de 900 millones en la fábrica de Pamplona. En Catalunya, la ayuda pública todavía está en el aire a pesar del compromiso de la Generalitat de seguir respaldando las inversiones, que llegarán a 3.300 millones hasta el 2019.

Puig ha indicado que espera que en cuestión de semanas se pueda concretar el paquete de ayudas del Govern, que dependerá de que Volkswagen y Seat detallen el destino de sus inversiones y qué parte se empleará para investigación y desarrollo, cambios en las líneas de montaje o lanzamientos de nuevos productos. En todo caso, Puig ha recordado que el Gobierno central tiene que asumir una parte más importante de las ayudas de acuerdo con su mayor capacidad económica. "Exigiremos que sea el máximo acompañante del viaje", ha destacado el conseller.       

De momento, Seat intenta transmitir confianza en los planes de futuro al recordar que este mes se iniciarán las obras de reforma de la línea de montaje del Ibiza para adaptarla a una nueva plataforma que permite ensamblar nuevos modelos, así como los 160 contratos fijos que hará en la planta de Martorell hasta el próximo mes de mayo.

MAPA DE RIESGO DE PROVEEDORES

Las inversiones en Seat también tienen en vilo a los proveedores y a los concesionarios. Los dirigentes de UGT y CCOO en Seat, Matías Carnero y Rafael Guerrero, respectivamente, han destacado que uno de los acuerdos de la reunión consiste en crear un mapa de riesgos y oportunidades de proveedores de Seat para seguir con detalle los efectos de las nuevas inversiones en los fabricantes de componentes. Los cocnesionarios de Seat viven una "situación preocupante" por la crisis del dieselgate aunque el efecto en las ventas ha sido por ahora "mínimo", según ha reconocido Jaume Roura, presidente de la asocaición de puntos de venta de la marca española y de la Federación de Concesionarios (Faconauto).  

Mientras tanto, el vicepresidente de compras del grupo, Francisco Javier García Sanz, ha asumido ya su nuevo papel de dirigir la respuesta de la compañía a la crisis de las emisiones y se ha reunido con el Gobierno español para tratar el caso de los motores con un exceso de emisiones de CO2, según ha explicado Matthias Müller. 

Müller culpa a un pequeño grupo de ingenieros

El presidente de Volkswagen, Matthias Müller, insiste en responsabilizar de la manipulación de los motores diésel a un pequeño número de ingenieros y dice que el consejo de supervisión y la junta directiva no sabían nada. El escándalo se remonta a 2005, cuando Volkswagen decidió lanzar una promoción a gran escala de vehículos diésel en EEUU, pero era imposible cumplir los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno con el motor EA 189 dentro del periodo requerido y con el presupuesto previsto. Esto hizo que se incorporara en los motores un software que trucaba las emisiones en las pruebas de homologación. Los primeros resultados de las investigaciones sobre la manipulación de las emisiones de óxidos de nitrógeno muestran que se produjo una conducta errónea y faltas personales en algunos empleados. Asimismo Volkswagen reconoce que hubo deficiencias en algunos procesos, lo que favoreció la falta de ética laboral de algunas personas, por ejemplo, en las pruebas y procesos de certificación que afectan a los dispositivos de control del motor, los programas que manipularon las emisiones. "El principal problema es que las responsabilidades no estaban suficientemente claras", según el directivo de Volkswagen.