Los apartamentos turísticos son una de las actividades sobre las que Hacienda tiene puesto el foco, según el plan de control tributario para este año. Además de requerir información a las plataformas que comercializan estas viviendas propiedad de terceros, como es el caso de Airbnb, su objetivo es investigar a particulares «que ceden de forma opaca total o parcialmente viviendas por internet u otras vías».
Gracias a ello se han detectado unos 20.000 titulares de pisos, tanto personas físicas como sociedades, dedicados al alquiler turístico en negro en Catalunya, como informó este diario. Tras una detallada indagación a través de una cincuentena de portales de internet dedicados a la comercialización de este tipo de estancias, muy concentradas en Barcelona, Hacienda procesó la información y empezó a requerir a afectados en relación a los ingresos opacos obtenidos por esta vía en el 2011, 2012 y 2013.
Hacienda inició esta ofensiva el año pasado, tras detectar que el arrendamiento de apartamentos para turistas se había convertido en un auténtico boom. El plan se extendió luego de Barcelona a otras zonas turísticas. Uno de los orígenes de estas actuaciones fueron las quejas tanto del sector hotelero y de los apartamentos como de los vecinos afectados y molestos con los usuarios de alquiler turístico.