El presidente de la aerolínea lusa TAP, Fernando Pinto, dio este lunes por perdida la posibilidad de desconvocar la huelga de pilotos prevista entre el 1 y el 10 de mayo y afirmó que la compañía se esforzará ahora por mitigar los efectos del paro. "Por mi parte, doy por finalizado el periodo de negociación", aseguró Pinto en rueda de prensa, en la que señaló que "a partir de hoy" sus energías "están dirigidas a la operación en período de huelga".
El paro fue impulsado por los sindicatos de pilotos para protestar por lo que consideran un incumplimiento del acuerdo alcanzado en diciembre con el Gobierno y la compañía para desconvocar una huelga en plenas navidades. Pinto denunció que "diez días de huelga es algo extremadamente crítico para cualquier empresa" y calcula que el parto generará unas pérdidas a la compañía de un millón de euros al día. El directivo brasileño explicó que los puntos en los que la compañía y los sindicatos no lograron llegar a un acuerdo son la reposición de las pagas extras y la posibilidad de que los pilotos se queden con una participación de la compañía tras su privatización, proceso iniciado en noviembre de 2014. En la cuestión de las pagas extras, TAP defiende que no puede complacer las peticiones de los sindicatos porque "van en contra de la ley", mientras que el tema de la participación reservada a los pilotos "deben discutirlo con el Gobierno".
El tribunal encargado de decretar los servicios mínimos para la huelga exigió este lunes que se mantengan todas las conexiones aéreas con el archipiélago de las Azores, tres conexiones diarias --de ida y de vuelta-- al de Madeira, y vuelos a Alemania, Angola, Bélgica, Brasil, Francia, Italia, Luxemburgo, Mozambique, Reino Unido y Suiza, países con una fuerte comunidad portuguesa y luso-descendiente. No fijó servicios mínimos para España -donde vuela a los aeropuertos de A Coruña, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Oviedo, Sevilla y Valencia- ni tampoco para Colombia y Venezuela, éste último con una comunidad lusa calculada en unos 120.000. El ministro luso de Economía, António Pires de Lima, reconoció que los servicios mínimos no lograrán mitigar el impacto negativo del paro para el país. "Una empresa como TAP, que cumple una enorme misión nacional, no puede ser rehén de un grupo de dirigentes sindicales", criticó.
La aerolínea, líder en pasajeros transportados entre Portugal y España y entre Europa y Brasil, vuela a 88 destinos en África, Europa y América, cuenta con una plantilla de más de 5.000 personas y una flota de 77 aviones. El grupo TAP, que además de la aerolínea incluye una empresa especializada en mantenimiento e ingeniería en Brasil y la firma de gestión de carga y equipajes Groundforce, se encuentra en pleno proceso de privatización.