Comentaban ayer dos veteranos del entretenimiento que en el ADN del chimpancé está no soltar una liana hasta tener cogida la siguiente. ¿Y el parentesco con los humanos? Tesis: un día un chimpancé erró en la sujeción, cayó al suelo y, aunque crujido, supo espabilar y empezó a andar. Obligado a vivir de su propio esfuerzo, desarrolló más habilidades. Las lianas, explican, germinan en el suelo, siguen enraizadas y utilizan de soporte a los árboles para crecer en dirección a la luz.
Lo curioso es que los dos expertos en escribir guiones no preparaban ningún documental sobre la naturaleza y sus enseñanzas sobre la vida humana en la selva. Hablaban de la actualidad económica y financiera y utilizaban el símil de las lianas para aplicarlo al método sucesorio seguido en dos empresas españolas tan singulares como el Banco Santander y El Corte Inglés. Una cotiza en las primeras bolsas del mundo. La otra es un singular éxito de empresa de distribución. En un caso, de liana a liana, por cuarta vez, en la saga Botín. En el otro, un modelo aun más inhabitual, tercer relevo de sobrino a sobrino entre los Areces y los Álvarez. En ambos casos se ha impuesto la liana, pese a lo que enseñan los teóricos de la sucesión y su responsabilidad social corporativa.