Los menguados operadores que siguen en las bolsas mantienen los principios de quienes les mandan y que van a regresar en pocas semanas: dejar los  índices como estaban, sin mayores correcciones de las previsibles. Quienes operan estos días en los mercados de renta variable,  además de permanecer atentos a las grandes movidas internacionales -invasiones, bombardeos, amenazas- advirtieron ayer que también  la falta de noticias fehacientes en el panorama internacional permite hacer pequeñas operaciones bursátiles que gusten a sus jefes cuando estén de vuelta. Las maniobras de ayer en las cotizaciones parecían responder a estas consignas.

Con un escaso volumen de operaciones, casi todos los cruces de compras y ventas parecían responder a la necesidad de mantener vivos los mercados a la espera de que aparezcan -que no tardarán- grandes decisiones de los bancos centrales que agiten, de verdad, a los mercados inversores.  Mientras tanto, las referencias que han marcado tendencia los últimos meses y que ayer también sirvieron para fijar precios de intercambio en los corros de cotizaciones de renta variable  fueron la situación en la frontera  de Ucrania con Rusia -en el ámbito internacional—  y los magros resultados del crecimiento de las economías de los principales países de la UE.

Ninguno de los dos referentes en la política mundial y europea presentó novedades excesivas para alterar la anodina sesión del día, tanto en Europa como en Estados Unidos (hasta mediada la sesión). Así, el Ibex recuperó, por  el efecto rebote,  el 1,28%, y llevó al índice anual hasta los 10.353 puntos.