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Gasto público del 2013: un resumen

La Intervención General de la Administración del Estado publicó en marzo las cuentas del 2013. Incluyen administración central, autonómica, local y Seguridad Social. Antes tardaba más de un año y a veces dos. Ahora, en tres meses ya tenemos las cuentas del 2013. Era cuestión de voluntad política o de que alguien (la UE, vía Eurostat) obligue a hacerlo. Por primera vez, creo que en la historia de España, el sector público presenta sus cuentas al mismo tiempo que el privado. Enhorabuena a los gobernantes, pero ya era hora.

Doy a continuación los datos más relevantes del 2013 respecto al 2012 y mi interpretación. El resumen es sencillo. El gasto público ha bajado en 33.000 millones (un 7%) de 492.000 a 459.000. Es la primera vez que ocurre en muchos años. Los ingresos han subido en 4.000 millones (un 1%), de 382.000 a 386.000. El déficit público ha bajado en 37.000 millones (un 34%) de 110.000 a 72.000.

Los gastos de capital han bajado 39.000 millones (un 60%) de 64.000 a 26.000. En parte por menos inversión pública (carreteras y tal) y de que el 2012 nos gastamos 30.000 millones en el rescate bancario y este año, 5.000. Toda la reducción de gasto público viene por bajada de gastos de capital.

El gasto corriente, la cifra gorda del gasto público, ha subido 6.000 millones (1%), de 427.000 a 433.000. Destacan los intereses de la deuda (de 31.000 a 35.000 millones, un 12%); normal, si cada vez tenemos más deuda. Las pensiones, subsidio de paro y transferencias sociales, suben de 168.000 millones a 170.000 (un 1%); normal, con más pensionistas y más parados. Nunca este concepto ha bajado. Los salarios públicos suben de 115.000 a 116.000 millones (1%). Educación, sanidad (y otras prestaciones sociales en especie) se mantienen en 28.000 millones de gasto. Y la compra de bienes y servicios baja de 59.000 a 56.000 millones (2%). Completan el cuadro de gasto corriente las subvenciones y otros gastos que suben de 26.000 a 27.000 millones (un 6%).

De lo anterior se deduce que los recortes sensibles como son salarios, educación y sanidad, han tenido lugar sólo en el 2011 y sobre todo en el 2012. En el 2013 ya no hubo apenas recortes. Y no creo que los vuelva a haber. Es un gasto político en votos importante para alguien que quiera ganar las elecciones.

El déficit disminuirá sólo vía aumento de ingresos y para ello es necesario que mejore significativamente la economía, ya que no se puede aumentar más la presión fiscal. Y además habrá que vigilar el gasto para que aumente muy poco (en torno al 1-2%). Creo (pura creencia, sin datos) que nos costará unos tres o más bien cinco años ponernos en niveles de déficit razonables (-30.000 millones), quizá para el año 2016 o el 2017. Si esto fuera así, costará 8 o 9 años recuperarnos de la crisis y del gasto público desaforado del 2009.