E lecciones municipales del 2011. Rafael Ros (CiU) es reelegido alcalde de La Roca del Vallès. Su programa incluye la declaración de municipio turístico (3,5 millones de turistas comerciales al año algo indican) con algún argumento artificial, como la presencia de vestigios neolíticos. Se oponían, entre otros municipios, el de Figueres (alcalde, Santi Vila, hoy conseller), porque capta clientes franceses. Pasados los comicios, el Govern de CiU rechazó la petición.
Mayo del 2013, tres hechos (¿relacionados?): Artur Mas siembra la primera piedra de la ampliación de La Roca Village (LRV); el conseller Felip Puig inaugura un macrocentro de saldos de marcas (outlet) en La Jonquera; y en el futuro Barcelona World del juego, junto a Port Aventura, se incorporará Value Retail, titular de LRV. Un año después, tenemos una resolución del TSJC que autoriza provisionalmente a LRV abrir en festivos. De por medio, los muy tradicionales (desde 1980, para más señas) recursos ante el Constitucional contra las respectivas leyes de comercio española y catalana (además de las advertencias de Bruselas). Si dinamismo es lo que caracteriza al mundo del comercio (que se malgobierna desde el urbanismo) dentro de tres años la ley catalana de febrero será una pieza del neolítico.