La potencia sale cara

La parte fija del recibo de la electricidad, que se paga se consuma o no, se dispara más del 60%

Las últimas alzas de la luz movilizan a usuarios, entidades y organizaciones en busca de ahorros

Bombilla de bajo consumo. / MARTA JORDI

La potencia eléctrica sale cara. Y más si está ociosa. Las últimas subidas del recibo de la luz, en agosto y en octubre, han supuesto un cambio en la composición de la factura, con mayor peso del término de potencia (la parte fija, que el usuario tiene que pagar consuma o no energía) y un descenso de la variable (la que se calcula en función del consumo). El aumento de ese componente fijo supera el 60% desde enero, tras los incrementos de agosto y octubre.

El resultado es que el recibo sube más para los consumidores de las tarifas más habituales (2.0A y 2.0 DHA) y una baja utilización de la potencia, según advirtió la Comisión Nacional de Energía (CNE), ahora integrada en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia  (CNMC). Incluso advertía del riesgo de una avalancha de reclamaciones fruto del desconocimiento y de la reflexión: ¿Cómo puedo pagar más si consumo menos?.

Un ejemplo: el hogar medio, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (KW) pagaba en enero de este año unos ocho euros al mes (unos 96 al año) por estar conectado. A partir de octubre, 13 euros mensuales (156 euros anuales), lo que supone entorno al 63% más. Las últimas alzas de la luz movilizan a usuarios, entidades y organizaciones en busca de ahorros.

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