La locomotora económica del sector turístico tiene el motor gripado. Y la principal causa es la fuerte caída del consumo interno que ha acabado afectando con mucha fuerza a la demanda española de viajes. Al final, ha repercutido en las cuentas de resultados de la mayoría de empresas vinculadas directamente con el sector: compañías hoteleras, agencias de viajes y empresas de transporte, con un papel destacado de las aerolíneas y del ente que gestiona los aeropuertos, AENA.
Entre el expediente de regulación de empleo que afecta a este organismo (1.500 personas), los macroexpedientes de Iberia (3.800 empleos) y los problemas de Orizonia (cerca de 3.500 trabajadores), y otros puestos en marcha en empresas del sector en los últimos meses, se alcanzará la cifra de 10.000 empleos en juego.
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