Desde que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunció en una reciente entrevista en TVE el pasado 10 de septiembre la frase: «Si hay algo que no tocaré son las pensiones; a las personas a las que no se debe perjudicar de ninguna manera son los pensionistas», no han dejado de asomar distintos planes del Ejecutivo para reducir este capítulo del gasto público.
El asunto es que no solo se trata de un recorte concreto en una situación determinada para superar un bache de ingresos. Es una reforma que vuelve a poner patas arriba las reglas de juego aprobadas hace apenas un año antes incluso de que entren en vigor.