El ajuste draconiano puesto en marcha por el Gobierno catalán para reducir el gasto público un 10% está causando efectos colaterales. Ante la perspectiva de que algunos servicios que presta la Generalitat se queden en cuadro, los responsables de personal han empezado a restringir el disfrute de vacaciones y permisos de algunos empleados, según denuncia el sindicato UGT.
Algunos funcionarios y empleados públicos que tenían previsto iniciar vacaciones en las próximas fechas --fuera del periodo habitual veraniego-- han visto frustrado un descanso o "un viaje para el que habían estado ahorrando un año", según explica José Manuel Ruiz, responsable de UGT en los centros de menores.
El departamento de Governació, del que depende Funció Pública, asegura que "formalmente" no existe ninguna instrucción de suspender vacaciones y permisos de forma general, aunque aseguró que una norma del 2006 supedita el disfrute de esas fiestas fuera del periodo de julio a septiembre a "las necesidades del servicio".
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