Cita mundial de la tecnología

Barcelona pasa el test de la movilidad a pesar del tapón en hora punta

El control del tráfico por la Guardia Urbana evita el colapso total en la plaza de Espanya

La congestión en las calles cercanas dificulta la llegada de los taxis a la feria

Colas de asistentes al congreso para coger un taxi, ayer, en la parada instalada en la plaza de Espanya. / danny caminal

La ciudad se ha llenado de tipos con una cinta roja en el cuello y un móvil en la oreja. Se verán en el restaurante, en el metro, en el bus, en el taxi, andando en grupos. Los cerca de 55.000 asistentes al congreso de móviles están por todas partes y en todas partes se les espera. Son bienvenidos porque gastarán 220 millones de euros y porque la idea es que vuelvan el año que viene, y el otro, y el otro... Para lograr la patente del evento, sin embargo, hay que pasar el test de la movilidad, el de facilitar los accesos, las salidas y los desplazamientos. Barcelona aprobó ayer con la salvedad de la hora punta, la más imprevisible, la que recuerda que Fira de Barcelona no está en las afueras sino dentro de una gran ciudad.

El día salió gris. Llovía, después de una semana tan soleada como contaminada, y eso no gusta al visitante. Un punto menos, pero el factor meteorológico es el único en el que no se puede intervenir, por ahora. Quedaba echar el resto, demostrar que la capital catalana tiene todo lo que París, Milán y Múnich pueden ofrecer para quedarse las próximas ediciones del congreso. El metro funcionó bien -no hizo falta cerrar los accesos, como el año pasado, ante la saturación de los andenes-, los autobuses, menos usados por este público, circularon fluidos y sobrados de espacio, y el taxi hizo lo que pudo, condicionado por un tráfico que en el momento de mayor congestión no le permitía llegar a la feria a pesar de que la Guardia Urbana lograba la máxima fluidez del tráfico con una decena de agentes en la plaza.

CIUDAD ALGO DESATENDIDA / Las dos paradas de taxi, la de la plaza de Espanya y la de la avenida de Rius i Taulet, registraron moderadas colas durante todo el día que se agravaron a las ocho de la tarde, con hasta 45 minutos de lento avance por la escasez de vehículos. No ayudó que mucha gente pasara de la cola y buscara chófer en las calles cercanas. En la parada de la plaza, desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde, 4.500 personas habían pedido un conductor, con una punta de 1.100 viajeros entre las 18.00 y las 19.00 horas. La demanda del Mobile World Congress dejó algo desatendida al resto de la ciudad, quizás porque este tipo de cliente es más suculento que el usuario local. Muestra de ello eran los numerosos taxis que apagaban el verde e iban directos al congreso por los carriles centrales de Sepúlveda, Tarragona o Aragó.

Miguel Ángel Martín, gerente del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), que ayer supervisaba la operación frente a la feria, no descartaba «una liberalización del sector -permitir trabajar a los taxis que tengan fiesta- a partir de las siete de la tarde y hasta que acabe el congreso». Dependerá de la revisión del operativo que se celebrará esta mañana, en la que, además de los problemas del taxi, también se hablará de cómo reducir el colapso a partir de las siete de la tarde y de lo difícil que es cruzar a pie la plaza con tanta valla.

EL DOBLE DE VUELOS PRIVADOS / Por otra parte, el aeropuerto de El Prat, según informa Aena, doblará en estos días el número de vuelos privados habituales en cualquier otra semana del mes de febrero con 148 operaciones (73 de llegada y 75 de salida). Está previsto que los asistentes al congreso empiecen a abandonar la ciudad el jueves, aunque muchos tienen la intención de aprovechar el fin de semana y no volverán a casa hasta el domingo día 20.