EFECTOS DE LA BURBUJA DEL LADRILLO

El Govern acumula 82 millones en créditos morosos de Sacresa

O. G. / S. S. / M. J. B. / Barcelona

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La caída del Grupo Sacresa se ha convertido en un nuevo dolor de cabeza para la Generalitat. La inmobiliaria controlada por la familia Sanahuja, que presentó ayer concurso de acreedores con un pasivo de 1.800 millones, adeuda 82 millones de euros al Institut Català de Finances (ICF), órgano crediticio dependiente del Govern. Esta cantidad se ha convertido en un nuevo crédito público moroso del sector inmobiliario, que se suma a los 74 millones de los 100 concedidos que aun le adeuda Habitat, que suspendió pagos en diciembre del 2008 con un pasivo de 2.800 millones. El pasado abril logró levantar el concurso. La deuda de Habitat representó la mitad de los créditos morosos del ICF el 2009.

En el caso de Sacresa, el Govern prestó dinero a la empresa para impulsar la lucha de los Sanahuja por tomar el control de Metrovacesa entre el 2006 y el 2008, lo que les llevó a acumular un endeudamiento superior a los 5.000 millones. Es una operación casi similar a la que protagonizó Habitat, que compró la división inmobiliaria de Ferrovial a base de deuda en la recta final de la burbuja inmobiliaria.

LA TERCERA INSOLVENCIA / La compañía propiedad de los Sanahuja ha estado negociando con la banca en las últimas semanas para intentar salvar el concurso, que presentó finalmente ayer en el Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona, dónde el grupo ya registró el pasado 10 de marzo la declaración de insolvencia con el objetivo de renegociar la deuda con la banca. Se trata del tercer mayor concurso presentado en el sector inmobiliario español, solo superado por el de Martinsa (con un pasivo de 7.000 millones) y el de Habitat.

El principal acreedor de Sacresa es el banco HSBC, con una deuda de 680 millones, aunque esta cantidad no se ha incluido en el concurso porque Sacresa le ha ofrecido como garantía de pago un 10% del capital de Metrovacesa.

En segundo lugar de la lista de acreedores figura el Royal Bank of Scotland (RBS), seguido del BBVA (220 millones) y el Banco Popular (213 millones). Precisamente, Popular y RBS son las dos entidades que han precipitado el concurso, al negarse a renegociar los créditos y alargar los plazos de devolución de la deuda.

Fuentes de la banca explicaron que estas dos entidades seguían negociando ayer por la tarde con los Sanahuja. De alcanzar un acuerdo, podrían incluso retirar el concurso de acreedores. Presentar la antigua suspensión de pagos es una fórmula que utilizan las empresas como medida de presión a la banca, que puede llegar a acceder a una refinanciación ante los hechos consumados.

EL CONTROL DE METROVACESA / Según explicaron fuentes de la negociación, Sacresa prácticamente no cuenta con activos libres, ya que todo está ofrecido como garantía a la banca o pignorado. Es el caso de la promoción inmobiliaria y el suelo disponible en Finestrelles (Baix Llobregat) o de su participación en el centro comercial L'Illa. Sacresa ya cedió su participación en el centro comercial Las Arenas, junto a Plaza España, a Metrovacesa cuando esta firma ya estaba controlada por la banca, como pago de su deuda.

La solicitud de concurso voluntario del grupo Sacresa afecta a cuatro de sus sociedades: Cresa Patrimonial, Sacresa Terrenos Promoción, Sacresa Terrenos 2 y Sanahuja Escofet Inmobiliaria (Sein). El grupo incluye varias firmas participadas por Román Sanahuja Pons, su esposa Ana María Escofet y sus seis hijos.

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Los problemas de Sacresa provienen del mal momento en el que compró Metrovacesa. La inmobiliaria llegó a ser la primera de España. En el 2007 registró más de 1.000 millones de beneficios. Pero solo un año después, la empresa se convertía en una de las víctimas de la burbuja inmobiliaria y cerraba el ejercicio con pérdidas. Los ingresos previstos por Sacresa con la compra no llegaron nunca y a finales del 2009 la banca se convirtió en la accionista principal de Metrovacesa. No fue suficiente y Sacresa aun sigue negociando para liquidar su deuda.

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