Para ser autor de cómic en España se necesita una mezcla de talento, paciencia, esfuerzo y voluntad a partes iguales. No existe una industria potente de la historieta como en Francia, Japón o Estados Unidos, sino un pequeño grupo de editoriales voluntariosas en las que los autores tienen un escaparate cada vez más amplio pero limitado en el que publicar. No ayuda tampoco una sociedad como la española, que no destaca precisamente por tener muchos lectores. Aun así, el cómic ha conseguido en pocos años salir del quiosco y plantarse en las estanterías de librerías y grandes superficies.
Y no es que la evolución de la historieta en España hiciera augurar nada bueno. De la potente maquinaria de los tebeos de Bruguera en la posguerra se pasó a la pujante llegada de los superhéroes norteamericanos en los 70 y al auge de las revistas de cómic alternativo como 'Cairo' o 'El Víbora' en los 80. Pero de ahí, al vacío: en los años 90 las únicas opciones eran dejar los tebeos o probar suerte en el extranjero. Aún así, contra todo pronóstico, con la llegada del nuevo siglo el cómic español resucitó. Los autores que producían para el extranjero triunfaban y la novela gráfica animó el mercado nacional.
Con todas las circunstancias en contra, el tebeo español está produciendo ahora mismo más obras de calidad que nunca. No es fácil vivir del cómic, pero cada vez más autores lo hacen. El futuro pinta bien.
DIEZ dibujantes sacan aquí punta al oficio ante el Salón del Cómic:
- MAX
- David RUBÍN
- Álvaro ORTIZ
- Ana MIRALLES
- Albert MONTEYS
- Ana ONCINA
- Natacha BUSTOS
- Kenny RUIZ
- Jesús SAIZ
- NADAR