A Iggy Pop se le considera el precursor del punk-rock, el post-punk y hasta de la new wave y el heavy. Se le atribuye ser el primero en practicar el stage diving. Es decir, en saltar en plancha sobre el público. El ex-The Stooges es sinónimo de escándalo y provocación (llegó a lanzarse carne cruda y cortarse con botellas rotas en el escenario). Él era el más salvaje. El más drogadicto. El más degenerado. En plena era hippy, postulaba la autodestrucción. La banda de culto atraía a feligreses acérrimos. Y a los que acudían para ver si acababa colgado de una torre de sonido. O se rompía directamente la crisma. Una vez casi ocurrió. El público se apartó y se precipitó al suelo mientras cantaba la mítica 'I wanna be your dog' [febrero del 2010]. "Pensé que el Carnegie Hall de Nueva York era el sitio perfecto para mi último salto", bromeó después.

Otro momento memorable fue en agosto de 1968 cuando, en pleno concierto, se puso en pelotas y mostró a la audiencia toda su íntima exuberancia. Le detuvieron por exhibicionismo y actos contra la moral pública. "Con The Stooges actuábamos como teloneros del poderoso Jagged Edge y quería robarle algunos aplausos. Yo era un hijo de puta implacable...", reconoció. Durante una entrevista en una radio de Detroit, comenzó a masturbarse en antena, para sorpresa y consternación del presentador, Dan Carlisle. Lo de sacársela era también casi una costumbre. Cuando The Stooges grababa la pieza 'Trollin'', dejó libre al pajarito y le preguntó al productor, Steve Albini: "¿Qué tal suenan las voces?". Respuesta: "Bueno, creo que la expresión oral está bien, si es que piensas cantarle a tu pene". 

El añorado David Bowie, interpretando de manera magistral 'I wanna be your dog':