Guardiola marca la diferencia entre Ancelotti y el 'puto amo'

Todo demasiado nuevo. Todo diferente. Demasiado distinto. Nada que ver. No solo por ese impresionante y majestuoso estadio reconstruido, no solo por eso, no. Por ejemplo, llega con la Champions como bandera, con la 'orejona' en su bolsillo, tras ganarla con el City, cuando todo el mundo, incluso en Manchester, le echaba en cara que jugaba muy bien, muy guapo, muy diferente, pero no ganaba la Copa de Europa. Y lo distinto, desde luego, es el entrenador al que se enfrenta. Pronto, el día 26, se cumplirán 13 años de aquella conferencia de prensa donde Pep Guardiola, hoy, como siempre, impecablemente vestido de traje y jersey oscuro de cuello vuelto, destrozó a José Mourinho con esta parrafada, preparada, muy preparada. Noche inolvidable “Mañana a las 20.45, nos enfrentaremos en el campo. La Champions de fuera del campo ya la ha ganado, se la regalo. En esta sala, él es el puto amo, el puto jefe. Es el tío más listo del mundo. No quiero competir ni un instante en ese punto. Sólo quiero recordarle que estuvimos juntos cuatro años en el Barcelona. Él me conoce, y yo le conozco”, dijo el de Santpedor. La visita de este martes al Santiago Bernabéu es muy diferente, entre otras razones porque delante tiene al italiano Carlo Ancelotti, el veterano técnico, campeonísimo, al que le lleva 11 años y un palmarés muy parecido, dada, insisto, la diferencia de edad. Un entrenador al que admira y respeta, mucho. Y Pep, como suele ser siempre con los colegas, aprovechó el momento para decirle a su audiencia, siempre atenta al titular, que no entiende cómo pueden menospreciar a ‘Carleto’ al considerarle un entrenador del montón "pero un gran gestor". “¿Ustedes creen que es fácil ser un gran gestor, lo creen de verdad? Ser un gran gestor es lo más importante de un entrenador. ¡Jamás consideraré a Carlo un mal entrenador! Carlo es tremendo en todas las facetas del fútbol. Cómo creen que ideó la posición ideal para Pirlo en su Milan; cómo se le ocurrió meter a Kroos de centrocampista bajo o, ahora mismo, para provocar que el rendimiento de Bellingham sea inmediato nada más llegar al encontrarle la posición adecuada. Yo solo quiero decirle a Carlo que no se crea a los que le critican, en Manchester valoramos mucho, mucho, mucho su trayectoria”, soltó Guardiola de un tirón. Es posible, muy posible, que todos los presentes en la sala de prensa del Bernabéu, que registró la mejor entrada de toda la temporada (de informadores, digo), comprobasen que la vitalidad, la clase, el estilo, la soltura, la experiencia, la listeza, la habilidad, la frescura de Guardiola está intacta, idéntica a cuando empezó en el Barça B. Y, claro, se produjo la pregunta de por qué sigue usted tan encantado de entrenar. Y, mientras reía (estuvo a punto de lanzar más de una carcajada al aire), Guardiola dijo: “Me gusta este negocio. Me pagan muy bien. Me lo paso muy bien. Me encanta ir a jugar a Lutton. Insisto, me lo paso bien. Cuando no me lo pase bien, cuando no me divierta, me iré, lo dejaré”. “Me gusta este negocio. Me pagan muy bien. Me lo paso muy bien. Me encanta ir a jugar a Lutton. Cuando no me lo pase bien, cuando no me divierta, me iré, lo dejaré” Pep Guardiola Entrenador del Manchester City Aquel al que muchos quisieron dañar diciéndole que meaba colonia por su extrema finura, delicadeza, compostura y señorío se presenta en Madrid con perfil bajo. ¡Miau!, algo trama. Se diría que Guardiola se ha reservado, incluso verbalmente, para mañana por la noche, cuando todos sabemos que aunque gane 0-2, dirá que queda el partido de vuelta. O quién sabe si para cuando se resuelva la eliminatoria a su favor. No olviden que, hace unos días, en el parón de selecciones, Guardiola, le dijo a unos cuantos culés, que compartíen comedor en el Tramonti 1980, que se centrasen en eliminar al PSG, pues “del Madrid me’n cuido jo!”

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