ENTREVISTA

Dominik Greif, portero del Mallorca: "¿Superstición? Me pongo la ropa interior al revés"

El portero eslovaco del Mallorca, uno de los héroes del torneo del KO, desea "una Copita como regalo" de su vigesimoséptimo cumpleaños, que coincide con el histórico encuentro ante el Athletic Club en La Cartuja

Estas manos (eslovacas) son las que han llevado al Mallorca a la final de Copa

Dominik Greif, portero del Mallorca. / Miquel A. Borràs / Efe

Sebastià Adrover / Pau Ferragut Massanet

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El castellano de Dominik Greif (Bratislava, 1997) ha evolucionado casi tan rápido como su popularidad entre el mallorquinismo tras convertirse en uno de los héroes de los cuartos y ‘semis’. Pero quiere culminar su trabajo este sábado, el día de su 27 cumpleaños, cuando Mallorca y Athletic disputarán la final de la Copa del Rey en el estadio sevillano de La Cartuja.

¿Llega este partido en el mejor momento de la temporada para el Mallorca?

No sé si es el mejor momento porque más o menos hemos estado igual durante toda la temporada, pero es verdad que será especial y hemos jugado bastante bien en los últimos partidos.

¿Es una semana diferente para el vestuario en comparación a una de Liga?

No. Por ahora, no. Tenemos que seguir nuestro trabajo normal y prepararnos para el partido como cualquier otro.

Para muchos de sus compañeros será el partido más importante de sus carreras deportivas. ¿Lo hablan en el vestuario?

No, realmente no hablamos de ello. No tenemos que presionarnos, es algo especial y queremos dejarlo todo y disfrutar con nuestra gente y familias.

¿Cómo se puede ganar al Athletic Club?

No lo sé, preguntadle al míster (risas). Vamos a ver cuál será la táctica pero, hablando en serio, nuestro juego es claro y la gente sabe lo que haremos. Ellos presionan alto y corren como cabrones, hay que prepararse para ello.

"Nuestros partidos siempre son duros. Somos un equipo que no tiene problemas con esto"

¿Esperan un partido muy duro?

Nuestros partidos siempre son duros. Somos un equipo que no tiene problemas con esto. Es una final y sabemos que hay que lucharla.

Usted ha jugado un papel muy importante para que el Mallorca esté en esta final. ¿Le hace sentirse todavía más orgulloso por su trabajo?

De lo que más orgulloso me siento es que, después de todo lo que me ha ocurrido en estos últimos tres años, ahora puedo decir que estamos en una final de la Copa del Rey. Pero ahora tiene que terminar bien.

¿Cuál ha sido el momento más complicado de ese calvario de lesiones?

Fue muy duro. Estuve un año sin poder entrenar, jugar partidos ni hacer nada. Cuando volví a empezar el año pasado no jugué nada porque estaba Pedrag Rajkovic. Quería jugar más este año y sabía que la Copa era mi oportunidad. El momento clave, para mí, fue el partido contra el Girona. Hice dos paradas en la primera parte que me sirvieron para sentirme bien en los partidos.

"Algunos días sí estaba roto y te quieres morir"

¿Llegó a pensar durante estos tres años en que no volvería a ser el mismo portero del Slovan Bratislava?

No lo pensé nunca, siempre confío en mí mismo.

¿Y cómo se logra?

Algunos días sí estaba roto y te quieres morir. Pero siempre me dije que no puedo parar por todo el trabajo que he hecho durante mi carrera desde los seis años, con mis padres, mi novia y toda mi familia. Por ellos no podía pararme. Ahora estoy aquí y tengo que disfrutarlo.

¿Qué papel ha jugado Javier Aguirre también en el factor anímico de su recuperación?

No teníamos ninguna charla especial. Sabía que probablemente la Copa iba a ser mi competición donde podía demostrar algo y creo que lo he hecho, tanto para la gente que podían tener alguna duda de mi calidad, como de puertas hacia dentro.

Este partido es de esos que todos los jugadores quieren jugar, con televisiones de todo el mundo retransmitiéndolo.

Claro. Por eso jugamos a fútbol y, personalmente, no puedo esperar más y quiero jugar ya la final porque será algo muy importante para nuestras vidas.

¿Siente también que es una oportunidad para que se le reconozca en el fútbol español?

Al final es solamente un partido más. En los últimos años solamente he jugado seis o siete partidos y no sé si uno más me ayudará o me hará daño. Quiero jugar esta final, disfrutar, dejarlo todo y veremos qué pasa.

Hablaba de la eliminatoria contra el Girona en cuartos de final como clave, pero en Anoeta fueron decisivos los dos penaltis que paró a Brais Méndez y Mikel Oyarzábal, ¿Tenía bien estudiados sus lanzamientos?

Siempre miramos vídeos antes de los partidos y creo de verdad que los dos jugadores sabían que yo lo sabía. Fue un poco lotería porque, al final, pueden cambiar su lanzamiento. Con Brais, era el último minuto antes del descanso y pensé que podía tirar al centro. Por eso dejé el pie ahí. El de Oyarzábal fue complicado, pero estaba decidido a esperar antes de vencerme a un lado y sabía que, si no le pegaba muy fuerte, podría pararlo. Pero insisto en que creo que tienen más valor las paradas del partido contra el Girona porque los penaltis, al final, son una lotería.

¿Ya tiene estudiados a los lanzadores del Athletic Club?

Todavía no sé cómo los tiran (risas).

En Anoeta, después de pararle el penalti a Brais Méndez, su compañero Rajkovic le esperó en el túnel de vestuarios y le felicitó con un abrazo. ¿Cómo ha sido su relación durante este año y medio como compañeros en la portería?

Es una relación muy normal. Nuestros países son vecinos y sabemos que, en nuestra posición, solamente puede jugar uno. Nunca he tenido problemas con otros porteros de mis equipos. Tenemos que apoyarnos y esperar nuestra oportunidad.

Cuando fichó por el Mallorca tres temporadas atrás hubo mucho revuelo en las redes sociales. ¿Siente que ese cariño de la afición persiste hoy en día?

Claro. Ahora todavía más. Pero siempre tengo que demostrarlo. Entiendo que, cuando estaba lesionado y no jugaba, la gente no sabía qué pasaba conmigo. También era normal que la afición no tuviese buenas palabras sobre mí, lo entiendo y es parte del proceso cuando no juegas.

Este sábado cumple 27 años y juega una final. Es evidente que el regalo más especial sería ganar la Copa.

¡Claro! El regalo que quiero es una Copita (risas).

¿Sienten que tienen posibilidades de ganarla?

En una final siempre hay opciones. Para mí lo más importante será disfrutar, dejarlo todo y que pase lo que tenga que pasar.

"Lloraba en casa cuando Casillas lo pasaba mal en el Real Madrid y jugaba Diego López"

¿Qué superstición tiene como portero?

Me pongo la ropa interior al revés. Tengo que seguir con ella porque también me sirvió para dejar la portería a cero.

¿Cuáles eran sus referentes como porteros cuando empezó a jugar al fútbol?

Iker Casillas fue un ídolo como portero y persona. Lloraba en casa cuando él lo pasaba mal en el Real Madrid y jugaba Diego López.

¿El año que viene le gustaría seguir en el Mallorca, podría aguantar otro año sin jugar en Liga?

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No quiero pensar en ello ahora. Solamente me centro en la final. Todavía me quedan dos años de contrato en el Mallorca y no está en mis manos. Intento dar todo lo que puedo en el campo y ya está.

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