El Barça arrolla al Atlético en la 'semifinal' (ida) de la Champions

Si Xavi Hernández se atrevió a pasar facturas cuando eliminó al Nápoles, séptimo de la Liga italiana, en octavos de final de la Champions, no me extraña que Joan Soler, Rafa Yuste, Joan Laporta y, cómo no, Enric Masip volvieran a fotografiarse anoche, sobre el mismísimo césped del Metropolitano, después de que el Barça arrollase al Atlético de Madrid y le golease (0-3) con suma autoridad, no diré que facilidad, demostrando que los colchoneros este año pueden acabar en la quinta posición de LaLiga, la que ya tienen. Era una noche, sí, para que volviese a aparecer la fotografía de rigor cuando las cosas van bien. Y es que ayer se cerró una semana inmejorable, con dos partidos portentosos, en el inicio de la recta final de la temporada, que veremos si sirve (“es hora de soñar”, dijo anoche Xavi) para evitar que la campaña acabe con cero títulos, pues LaLiga sigue estando tremendamente difícil (“bueno, bueno, tenemos que ir al Bernabéu y ahí podemos ganar y acercarnos”, señaló anoche Sergio Roberto) y en la Champions hay que eliminar a Luis Enrique, Mbappé y Dembélé. Partido redondo Una cosa está clara, la semifinal (ida) de la Champions que se produciría de eliminar el Atlético al Borussia de Dortmund y el Barça al PSG, fue un auténtico paseo del Barça en césped rojiblanco, pese a que la primera media hora no fue primorosa. Volvió, no tanto el Barça del Nápoles, sino más bien el Barça campeón de Liga del pasado año: firme atrás, impecable en el control del partido y mortal en su eficacia, con un Lewandowski, que marcó y dio dos asistencias de gol a Joao Felix (gran acierto de Xavi en alinearlo) y Fermín, tan portentoso como el día de Champions. Otra vez la mezcla perfecta de veteranos y noveles. De nuevo, un solvente Ter Stegen, sin demasiado trabajo, un portentoso Koundé, un eficaz Araujo, un magistral Cubarsí, aunque eso ya no extraña a nadie, un precioso Fort, otro niño de 17 años que más que jugador es futbolista, un Fermín ‘a lo Gavi’ (pero con gol), un ‘Lewa’ mundialista y un Gundogan mariscal. A Lamine Yamal le dimos un poquito de descanso, pero sigue ahí aumentando el papel primordial, decisivo, lindísimo de La Masia. El Barça, 20 jornadas después, vuelve a ser el mejor equipo catalán. El Barça pinta que es el único al que se le puede colocar la etiqueta de candidato y casi, casi, ya tiene asegurado su pasaporte de Champions, pues tiene un colchón de 9 puntos sobre el quinto. Real Madrid y Barça, como es normal, vuelven a estar arriba y vuelven a mantener el pulso de siempre. Lo curioso, lo nuevo, es que esta vez le siguen el Girona y el Athletic. Xavi, a lo Vinicius Me niego a minusvalorar el partidazo y goleada del Barça por el (supuesto) cansancio del Atlético tras su maratoniana eliminatoria de octavos de final de la Champions ante el poderosísimo Inter, que llevaba todo el año sin perder. Y me niego porque el Atlético debería (tiene) plantilla para eso y para más. Y porque el Barça también venía, vale, con un día más de descanso, de enfrentarse a un duro hueso y pelear en firme para eliminar a los feligreses de la iglesia maradoniana. Fue una gran victoria, fue una muestra de que lo del Nápoles no fue chiripa. Y fue otra noche en la que Xavi Hernández (y van un montón) perdió los papeles en la banda. Xavi se ha convertido, lo siento (o no), en el Vinicius del Barça y eso no es bueno para nadie. Desde luego, no lo es para Xavi, que suma ya más expulsiones como entrenador del Barça que en sus 505 partidos como jugador culé. Xavi acumula ya 17 amarillas y 2 rojas desde que dirige al equipo barcelonista. Y, sobre todo, Xavi refuerza, partido a partido, la colección de memes que alimentan las redes, de forma innecesaria. Ahora hay parón de selecciones y, como ha contado Javier Aguirre, el ‘Vasco’, técnico mexicano del Real Mallorca, “días para salir con la esposa al supermercado, lavar el coche, poner gasolina, acudir al McDonald’s, pasar por la farmacia y que te pidan entradas para la final de Copa, pero yo tampoco tengo, amigo”. Es decir, días de serenidad y celebración para todos. En el caso de Xavi para reflexionar, porque tantas amarillas y tantas broncas innecesarias (protestar al cuarto árbitro solo sirve –y está más que demostrado—para que te expulsen), dan que pensar y, sobre todo, afean la imagen de un Barça a quien demasiada gente tiene ya bajo lupa. Y no lo digo por el ‘caso Negreira’, no.

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