Deco no cambiaría a Araujo y De Jong por Mbappé: ¿en serio?

No digo que no sepa de fútbol pero, a menudo, cuando uno resulta un gran futbolista, un tío técnico, exquisito, filigranero, con enorme visión de la jugada, de esos que, como Laudrup, Sócrates, Zidane, Iniesta o, mira, Xavi, tiene el balón pegado al pie sin saber, perdón, sabiendo que lo tiene, y disfruta levantando la cabeza para idear el pase del partido, puede creer que será un gran entrenador, o director deportivo o, quien sabe, hasta un gran representante. Repito, no digo que Anderson Luis de Souza, conocido por todos como Deco, no sepa de fútbol. Sabe. E incluso aunque algunos lo ven, sospechan, que dirige el fútbol azulgrana dirigido con un mando a distancia por el presidente Joan Laporta y el amigo de todos, de los dos, Jorge Mendes, estoy convencido que él es quien prepara los descartes y entra en la sala de reuniones con las cosas muy claras para que el presidente se la juegue. Y más ahora que no tiene que darle explicación alguna a Xavi, que se está yendo, por no decir que ya se ha ido. Deco al habla Lo cierto es que ahora le ha dado al departamento de comunicación del Barça por utilizar a Deco para proteger al presidente y, sobre todo, para disimular que han perdido al entrenador y (casi) un puñado de títulos. Y Deco habla antes y después de los partidos, entre semana y sobre el césped de los campos donde juega el Barça, en directo para la televisión que posee los derechos de LaLiga. Olé, estupendo. Es en una de esas entrevistas, donde Deco nos ha dejado una perla que, tal vez, él considera una minucia, mejor aún, poco relevante, un suelto, un hablar por hablar, algo intrascendente. En una palabra, que el Barça ni piensa, ni ha pensado, ni quiere, ni necesita, ni persigue, ni sueña, con Kylian Mbappé, el auténtico, el real, el único que puede heredar, en los próximos años, el carisma, el prestigio, el lugar de Leo Messi. La mesa va a pasar de estar encabezada por 'La Pulga' a tener como 'maitre' a Mbappé. Eso lo sabe todo el mundo...menos Deco, menos el Barça, que, como dice el refran, descarta esa fruta, ese manjar, porque está verde. Ya, sí, no porque no le alcance el dinero. Decir que cambiar a Ronald Araujo y Frenkie De Jong por Kylian Mbappé es desequilibrar la plantilla y que esa operación sería mala para el Barça, no sé si es saber o no de fútbol pero, desde luego, es no saber en qué mundo vive el nuevo director de fútbol del Barça. Entre otras cosas, por recordarle algo, el Barça lleva años queriéndose vender a De Jong. Y si Deco no me cree, que se lo pregunte a Mateu Alemany, que pidió, reiteradamente, ayuda a los periodistas (a esos que Xavi llama culés) para vender al centrocampista holandés. Y, por si Deco no lo sabe, que ya veo que no lo sabe, gente con la que no se cuenta para nada en La Masia, gente que lleva años allí, gente que se patea miles de campos para adivinar que niño es bueno o puede serlo, lleva deseando desde hace meses, no semanas, que sea cierto que el Bayern de Munich ofrece (ofrecía) 60 millones de euros por Araujo para que estallase, de una vez, el fenómeno Pau Cubarsí. Palabra de Cruyff Es posible que ni a Laporta, ni a Rafa Yuste, ni a Deco, ni a Masip, ni a Bojan les guste Mbappé o no lo vean un futbolista para el Barça. O lo ven, pero esa fruta está verde. Será eso, que Mbappé le gusta a todo el mundo, menos al Barça, que cree que su llegada lo rompería todo. Claro, como nos hemos gastado las palancas en otras cosas, olvidándonos que la tésis del profeta Johan Cruyff era "los tres, o dos, mejores del mundo y el resto, de la cantera", ahora que lo va a fichar el Real Madrid, después de ocho o nueve veranos, después de comprarse mansión en La Finca, es el momento de decir que nosotros no nos volveríamos locos por Kylian. Puede, insisto, que no les guste a Deco, Laporta, Yuste, Masip, Bojan y tampoco al 'cuñadísimo', pero la 'gent blaugrana' se volvería loca si Mbappé vistiese de azulgrana....pero no, no, no nos vamos a volver locos vendiendo a Araujo y a De Jong para traer al mejor jugador del nuevo siglo. ¡Ni hablar!, destrozaría todos los planes del Barça, de Laporta, de Deco. Pondríamos en peligro el proyecto. Si es que existe. El proyecto, digo.

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