BARRACA Y TANGANA

Lo entiendo (o no)

Al principio puede doler, pero al final y sin rencor, lo mejor para todos es que se vayan, antes de que nos hagamos daño

Barraca y tangana de Enrique Ballester. / El Periódico

Cada vez la gente habla menos claro. No entiendo a casi nadie ya. La otra noche, mientras veía el derbi madrileño, me llegaron algunos mensajes. «No hay palabras en ningún idioma para describir lo malo que es Lunin», me escribió Carlos. «Lo odio», añadió. «Si nunca más vuelve a ponerse la camiseta del Madrid, firmo la derrota», finalizó. «¿Pero te gusta o no te gusta?», tuve que contestar, harto de tanta ambigüedad, al final. «¿Qué quieres decir? Por favor, habla claro», supliqué, angustiado. Es increíble cómo la gente se anda por las ramas.