Apunte

En busca del prestigio perdido, por Sònia Gelmà

Xavi y Lewandowski. / VALENTI ENRICH

De la misma manera que en el Barça se celebró haber esquivado la bola del PSG, más de uno en Nápoles debió sonreír con satisfacción al ver que el sorteo no les emparejaba con el City, el Madrid o incluso el Atlético. De hecho, aunque, de vez en cuando a alguien se le escape aquello de que el Barça es uno de los mejores equipos del mundo, hoy en día no es más que un tópico en el que se refugian algunos rivales casi por deferencia. El último, Guillamón, este sábado pasado tras el empate. Resulta difícil sostener esa afirmación tras los últimos descalabros europeos.