Se cuenta el chascarrillo del labriego, del campesino, del foráneo, que, tras haber trabajado en Madrid durante muchos años, decide regresar a su pueblo y, cuando el tren parte de la estación de Atocha, echa un último vistazo a la ciudad y pronuncia la lapidaria frase: “Adiós, Madrid, que te quedas sin gente”.Es, sin duda, una frase con la que su autor intenta insinuarle a la ciudad de Madrid, capital de España, que le va a ser muy difícil seguir siendo una gran ciudad sin él. No es que todos los futbolistas que se han ido yendo, desapareciendo, de Madrid, perdón, del Real Madrid, el equipo de España para muchos (para algunos, el equipo del Régimen), hayan provocado un socavón definitivo en el club, ni mucho menos, pues los blancos han seguido ganando (bastante).
Adiós, (Real) Madrid, que te quedas sin gente
Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas
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