Balonmano

El Fraikin Granollers, ante una Final Four histórica de la Liga Europea: "Somos como un superhéroe de carne y hueso"

Antonio Rama y Antonio Garcia durante la entrevista con El Periódico / Anna Mas

La liaron muchísimo. Ni ellos mismos fueron conscientes de la inmensidad de la gesta cuando el árbitro pitó el final del partido en Flensburg. Granollers era una fiesta. Las bengalas, los abrazos y los cánticos invadieron la localidad catalana después que el equipo de Antonio Rama se clasificara para la Final Four de la Liga Europea, la segunda competición continental, siete años después. Eliminaron al anfitrión y ahora vuelan a Flensburg con poco que perder y todo por ganar.

Toda la locura empezó en el sorteo donde el Fraikin Granollers sale emparejado con el Flensburg, "el peor rival que te podía tocar". "Y, sin ningún tipo de presión, vamos a competir. Jugamos el primer partido y se lo luchamos. Sin hacer nada extraordinario y con su portero con un porcentaje muy alto de paradas, nos marchamos perdiendo de uno", relata Antonio Rama, técnico del equipo. Las sensaciones fueron muy buenas y, pese a que el optimismo se presentó en el vestuario para no marcharse, Antonio García, emblema del club y capitán, pensaba que se les había escapado la oportunidad. “Lo veía como si hubiéramos perdido la oportunidad de ganar a un equipo como el Flensburg aquí en el Palau y que tardaríamos mucho en tener de nuevo una oportunidad como esta", cuenta con una sonrisa en la cara, ahora conociendo parte del final de la historia.

El partido perfecto

"Llega un punto en el que crees que, pese a que no sea fácil, puedes darle la vuelta al marcador. Esto lo dices con la boca pequeña y de puertas para dentro, para animar y motivar al equipo. Todo el mundo sabe que el Flensburg en algún momento despertará. Y vamos allí y hacemos el partido perfecto", recuerda Rama, a quien los minutos finales, cuando la ventaja era de 12 goles -el partido terminó 27-35- se le hicieron eternos. "El momento en que se acaba el partido y se me caen las lágrimas. En el tramo final del partido estaba llorando, mientras disfrutábamos sobre la pista de lo que estábamos haciendo. Con el club de mi vida, con un grupo magnífico", cuenta García, quien a sus 39 años afronta su primera Final Four.

Antonio Rama y Antonio Garcia durante la entrevista con El Periódico

/ Anna Mas

Cuando salieron de la burbuja de la pista de Flensburg y encendieron sus teléfonos, vieron la locura que se había desatado en Granollers. "Empecé a ser consciente de la que habíamos liado cuando al día siguiente cogí el móvil y no paraban de saltar notificaciones de todas partes. Llegas aquí en el bus y estaba los equipos de la base, el femenino, familias y seguidores. Fue impresionante. Y piensas: '¿cómo se lo podemos devolver?'", confiesa García.

"¡Ahí veo que la hemos liado, pero mucho! Cuando llegamos al Palau y vemos que nos están esperando casi 300 personas… Una locura. La gente me para por la calle, me felicita, me da las gracias. A mí no me habían parado tanto como este último mes", reconoce Rama ya con la vista puesta en el partido de este sábado contra el Göppingen de Alemania (18.00 horas, DAZN).

La primera de Rama, como ayudante

"Somos como un superhéroe de carne y hueso. Hay otros equipos que ya ves que están a otro nivel. Nosotros somos un equipo con mucha gente de la casa y jóvenes, con gente normal, y ahora podemos disputar una competición de esta entidad. Es increíble", dice el técnico.

Rama ya vivió la primera Final Four de la entidad desde el banquillo, pero como ayudante. "Como segundo entrenador yo viví superfeliz la primera Final Four. Fue una de esas experiencias que crees que no volverás a vivir nunca más y ahora, no solo lo volveré a vivir, sino que lo haré como primer entrenador. Me hace mucha ilusión, pese a que sé que es una gran responsabilidad. No es una presión negativa, sino positiva. Si podemos ganar las semifinales y jugar una final, pues ya podremos decir que hemos jugado una final, que la otra vez acabamos terceros", reconoce el técnico que cuenta que no ha cambiado nada en el equipo cara a la Final Four. "Si hemos llegado hasta aquí haciendo lo que hacemos, tenemos que seguir igual".

Antonio Rama, entrenador del BM Granollers de balonmano

/ Anna Mas

Mantener el compromiso es imprescindible para llevarse este título europeo, igual que ha sido una pieza angular para la carrera de Antonio García. El feliz capitán del Granollers afronta sus últimos años en la elite del balonmano con la misma ilusión que sus compañeros más jóvenes. Él fue su entrenador, su referente, y ahora es su compañero y capitán. "Yo hago lo que he hecho toda mi vida: entrenar al 100 %, disfrutar de los entrenamientos y de mi día a día en el gimnasio, pista y viajes. Ellos ven que un tío de 39 años, que de alguno de ellos he sido su entrenador y que me han visto ganar un Mundial, sigue teniendo la misma ilusión. Ellos me toman de ejemplo y eso me da mucha confianza, además de responsabilidad y presión, pero de la buena".

Le quedan dos años de contrato y cree que serán los últimos. "De hecho, podría cerrar la etapa ahora, pero es que me lo estoy pasando superbién. Me encuentro muy bien físicamente y cuando las cosas funcionan bien dentro y fuera de la pista, pues es más complicado decir hasta aquí. Pienso que con estos dos años será suficiente, porque habrá demasiada diferencia generacional en el vestuario", reconoce García mientras mira el reloj de reojo, para no llegar tarde a buscar a su hija.

Flensburg les espera para hacer historia. La plantilla del Granollers está conjurada para volver con el trofeo y la ciudad les espera para una gran fiesta.

Antonio Garcia, capitán del BM Granollers de balonmano 

/ Anna Mas