Había ganas de celebrar un título a la vieja usanza tras cuatro años sin poder cantar el alirón, y nada más pitar el árbitro Burgos Bengoetxea el final del derbi que enfrentaba al FC Barcelona con el Espanyol en el que el club entrenado por Xavi Hernández ha sellado La Liga con una contundente victoria por 2-4 en el RCDE Stadium, cientos de aficionados del club azulgrana se han agolpado en uno de las ubicaciones míticas a la hora de celebrar los triunfos: Canaletes.

Los aficionados del FC Barcelona se han empezado a concentrar antes de que acabara el partido, aunque sobre las 23.00 ya han llenado la acera central de La Rambla a la altura de la fuente de Canaletas, histórico punto de celebraciones del club.

Ante esta previsión de que más y más gente se fuese sumando a la celebración, la Guàrdia Urbana ha decidido cortar la calle Pelai.

La fiesta ha sido por todo lo alto, de euforia desatada, con pirotecnia, aficionados encaramados a la fuente de Canaletes y los quioscos de prensa, alzando las bufandas y cantando el himno del club. Alguna cosa ha cambiado, eso sí, respecto a la última celebración de Liga de 2019: esta vez, la vigilancia iba a cargo de un dron que sobrevolaba la fiesta.

El repertorio de cantos (si la observación de una media hora de celebración sirve como muestra) ha ido más cargada de barcelonismo (una y otra vez, cánticos de "Campeones" y el tradicional "Ser del Barça és el millor que hi ha") que de alusiones a los ganadores del título, prácticamente ausentes. En un buen rato, en el contador han vencido Messi (con su nombre coreado anhelando su retorno), 'Uruguasho' (1) y, finalmente, un "Busi, Busi".

Ganar el título en el campo de Cornellà ha hecho que estuviesen muy presentes los recuerdos al eterno rival: una pancarta con el gato Silvestre a punto de zamparse un periquito y cantos de "A segunda, a segunda" y "Odio al español", casi por encima del eterno "Madrid, cabrón, saluda al campeón" y seguido de recuerdos nada cariñosos al PSG después de las aclamaciones a Messi.