Y el Mundial, la guinda de Messi

Y el Mundial. La guinda, que no el punto final, al palmarés de Lionel Messi, cerró el año deportivo que gravita cada cuatro años sobre el principal evento futbolístico del planeta. Sobre todo el de Qatar, polémico desde su concesión, singular por su ubicación en el calendario, inolvidable por el triunfo de Messi; entre otras razones, también por la insólita comunidad de seres vivos que lo deseaban. Fue el triunfo, sin duda, de Messi, el nombre de la tercera estrella de Argentina, igual que la primera lleva el apellido de Kempes y la segunda se atribuyó al mérito de Maradona. La de Messi es la asignación individual menos injusta de un éxito colectivo al que contribuyeron 25 futbolistas más y un entrenador, Lionel Scaloni, que ingresaron, gracias a su líder, en el listado de héroes del país, cuyo rastro se perderá con el tiempo. Messi mora desde hace tiempo en un estadio superior. Universal. Entre los otros cuatro dioses de la politeísta religión que es el fútbol, tres de ellos argentinos (Di Stéfano, Maradona, Messi), por cierto, tres exfutbolistas del Barça (Cruyff, Maradona, Messi), por cierto. Con la conquista del Mundial, Leo cerró la puerta a otros pretendientes a disfrutar de esa exclusiva inmortalidad –en referencia a Cristiano Ronaldo, sí, cuya despedida fue más penosa que triste- y refrendó su condición de número uno. Por la magnitud y la extensión del palmarés atesorado. Por la magnitud de los éxitos conseguidos desde 2005 con el Barça y los galardones individuales obtenidos. Por la extensión de esa trayectoria, que será inigualable para varias generaciones de futbolistas, y que ha exigido una página añadida en la wikipedia titulada ‘Anexo: Récords de Lionel Messi’. Más que todos Las últimas líneas se han escrito entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre en el capítulo dedicado a ‘Copa Mundial de Fútbol’. Messi es más que todos. Es cierto, sin embargo, que no tiene los tres títulos de Pelé. El único concepto que no lidera el 10 argentino, que en Doha ha pasado a ser el futbolista con más partidos y minutos en un Mundial, con mayor participación en goles (marcándolos o dando el pase), anotando desde la fase de grupos hasta la final, con más nominaciones al mejor del partido (en cinco de siete) y despidiéndose con el segundo Balón de Oro del torneo después del de 2014. Nadie como Messi fue tantas veces decisivo en un campo de fútbol. Con Argentina, con el Barça, con el Paris Saint Germain. Sabía que era su última oportunidad y se preparó para aprovecharla, sin tener la certeza absoluta de que se saldría con la suya. Llegó a Catar fino de forma (12 goles y 14 asistencias en 19 partidos con el PSG) y voló de Doha a Buenos Aires con 7 goles y 3 asistencias. Con la copa, que ya era suya y con la que durmió. Campeón ante el campeón Los reticentes que se resistían a concederle la corona de laurel han claudicado en Catar. Los fieles del maradonismo que siempre le reclamaron el título mundial bajaron la cabeza después de reír y llorar y saltar y abrazar por la emocionante victoria sobre Francia en la final, tan agónica como bella. Ante el campeón vigente, para engrandecer aún más la gesta. Con momentos de sufrimiento, con gestos de imperfecta humanidad, con una frase inolvidable. Igual que Maradona proclamó que “la pelota no se mancha”, Messi ha acuñado el lema del 2022. “¿Qué mirás, bobo? Andá pa llá”. La broma para la posteridad será que el Balón de Oro de este año se lo llevó semanas antes Karim Benzema. Messi marcó a lo largo de su carrera todos los goles icónicos del astro –el de la mano y el eslálon a Inglaterra de Diego los anotó ante el Espanyol y el Getafe, respectivamente, en el Camp Nou- y centenares más, y también en cada eliminatoria de este Mundial hasta ser finalmente paseado a hombros con la dorada copa. Igual que Diego. Aupado por Sergio Agüero, exyerno de Maradona, compañero de generación, retirado meses atrás por una dolencia cardiaca, Messi quedó entronizado por los siglos de los siglos.

Y el Mundial, la guinda de Messi

La magnitud y la extensión del palmarés del astro argentino será inigualable para varias generaciones de futbolistas

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