Lionel Messi ha recuperado la sonrisa. Cuando faltan menos de dos meses para el Mundial, el astro argentino vuelve a demostrar sobre el césped por qué es el Dios del fútbol. Tras haberlo criticado con dureza la temporada pasada, en Francia le llueven los elogios después del buen inicio este curso con el París Saint-Germain. Aunque ya no tiene la velocidad de antaño y ahora se centra más en la creación del juego, Messi conserva un talento único. En Argentina, ya se friegan las manos con el buen rendimiento alcanzado pocas semanas antes de la esperada cita en Catar.