Ancelotti apostó de arranque por un once que podría alinear en París ante el Liverpool, apostando por Rodrygo en un 4-3-3, en lugar de Valverde en el mediocampo. Y enfrente un Betis con una alineación muy digna cargada de titulares. Un partido de campeones, el de Liga y el de Copa, que ofreció momentos entretenidos, pero en el que quedó clatro que ninguno de los dos se jugaba nada.

La primera parte tuvo pocas ocasiones, la mayoría en despliegue de unos y otros. Benzema y Juanmi fueron la punta de lanza de los dos equipos. Tuvo más trabajo Rui Silva que Courtois, pero las salidas de Fekir y Canales generaban incertidumbre en las gradas de un Bernabéu en el que se vieron muchas camisetas verdiblancas.

Sin tensión

Al descanso se llegó sin goles y Carletto apostó por subir una marcha a su equipo metiendo a Valverde y Camavinga por Kroos y un Casemiro que tuvo una magnífica ocasión. El Madrid ganó protagonismo con los cambios y pisó más área. Benzema tuvo un par de ocasiones claras, pero el portero verdiblanco estuvo afortunado. El empate parecía valer al Betis y al Madrid le faltaba algo de colmillo.  

A partir de la hora de partido comenzaron los cambios y el partido se vino abajo definitivamente. Solo Vinicius seguía activado para dar algo de picante al encuentro. Benzema falló una ocasión clara en el 83, a pase del brasileño. Cinco minutos después Joaquín perdonó la vida en una contra a los blancos. Fueron las dos ocasiones más claras de un partido en el que lo más noticiable fue el pasillo que se hicieron unos a otros al inicio como campeones de Liga y Copa vigentes en esta temporada que acaba. Ahora solo queda la final de Champions de París... Y esperar a ver qué dice Mbappé.