APUNTE

Magia, potra y mucho oficio, las virtudes del Madrid que amamos odiar

La única conclusión posible es que siempre hay que creer en el Madrid, porque es increíble. Y también hay otras razones para explicar el descalabro final del City

Real Madrid - Manchester City

Este artículo les va a explicar lo inexplicable, más allá de que la única conclusión razonable es que siempre hay que creer en el Real Madrid, porque es increíble. Podemos decir que el Manchester City no fue un equipo preparado para atravesar sin daños el túnel del terror del Bernabéu. Se enfrentó a Terminator sin la balsa de acero colado, a King Kong sin aviones artillados, a Drácula sin estaca. El Madrid es ese Harrison Ford baldado, el 'blade runner' Rick Deckard que se sujeta a la cornisa solo con dos dedos medio rotos, bajo la lluvia, sorbiendo su propia sangre, oliendo el fin; su oponente, el invulnerable Nexus 6, lo tiene todo a favor, eso parece, hasta que, milagro, él mismo le echa una mano justo antes de exclamar: «Es hora de morir».