Anna Comet, la esquiadora que se pasó a la arena para ganar el Maratón de Sables

Para conocer el Maratón de Sables, o mejor dicho la dureza de esta prueba de infinita resistencia, solo hay que tener en cuenta las durísimas condiciones extremas por las que pasan los participantes que recorren 250 kilómetros, los mejores corriendo y los más sosegados andando. Han de llevar la comida y la ropa a cuestas, duermen en ‘jaimas’, una semana sin visitar las duchas… y todo esto en un marco de máxima dificultad como es el desierto del Sáhara, en Marruecos. Y en este ambiente este viernes ha conseguido la victoria Anna Comet, la segunda atleta española y catalana que lo logra, después de conseguirlo Mònica Aguilera, en 2010. Ningún español ha ganado en categoría masculina. Ha tenido que pasar una semana en el desierto corriendo y liderando la clasificación femenina, siendo la mejor cada día y, sobre todo, yendo la más rápida en la prueba maratoniana de 86 kilómetros, lo máximo, lo más extremo, que finalizó el jueves. Y a diferencia de cualquier otra competición tras la satisfacción de ganar no llega el confort de la ducha y de una cómoda cama para tumbarse, ni siquiera las manos salvadoras del fisioterapeuta. Hay que quitarse a mano el polvo del desierto, procurar que no entre arena en las zapatillas, aunque algún participante, como el español Karim El Hayani, haya decidido correr descalzo. Comet no es ni mucho menos una desconocida en las pruebas ultras de montaña. A los 39 años se ha convertido en una de las mejores especialistas con triunfos internacionales como las tres victorias que ha logrado en la Everest Trail Race; pero nada que se asemeje al triunfo absoluto en el Maratón de Sables, la prueba marroquí creada por Patrick Bauer en 1986; el mismo Bauer que en la llegada de cada etapa recibe uno a uno a cada participante, del primero al último. Y del primero al último se le pesa la comida y la ropa de repuesto que lleva en la mochila. La organización solo entrega agua y presta asistencia médica a los atletas; los podólogos son imprescindibles. De hecho, la montaña siempre ha estado presente en la vida de Comet, periodista en su faceta profesional. A los 6 años comenzó a competir en esquí alpino para convertirse en toda una promesa. Se fue a los Alpes franceses para mejorar hasta que con 18 años se destrozó una rodilla. Se quedó sin becas y patrocinios y solo el arte cirujano de Ramon Cugat le permitió volver a competir, aunque se cambió al esquí de montaña, que empezó a compaginar con las carreras a pie. Es también entrenadora y como periodista se ha convertido en una especialista, con blogs, artículos de opinión y reportajes sobre el deporte y la montaña que tan bien conoce. La felicidad de la atleta “Lo que menos me gustaba de este Maratón de Sables era la etapa de 86 kilómetros pues no es habitual para mí correr estas distancias pero quise ir reservando fuerzas. Esta etapa era el precio a pagar por correr esta carrera”. Y fue la más rápida antes de afrontar este viernes la última etapa cronometrada, un maratón en la distancia habitual de los 42.195 metros y coronarse como reina del desierto. El dominio de Comet ha sido aplastante. Ha quedado décima de la general final. Solo nueve hombres han sido más rápida que ella. Ha ganado todas las etapas. Y eso que tenía buena competencia porque hasta 200 mujeres se apuntaron a la prueba. "A pesar de que no soy de soñar mucho ganar el Maratón de Sables es el sueño de cualquier atleta y he logrado cumplirlo. Por eso ahora, diferencia de lo que hago habitualmente, que es dejar a mi familia fuera del ámbito competitivo, está claro que si he conseguido este oro es gracias a mi hijo Gil de 3 años y a mi marido, que son los que realmente se sacrifican para que yo haya podido estar aquí”, declaró tras conseguir la victoria.

Anna Comet, la esquiadora que se pasó a la arena para ganar el Maratón de Sables

La atleta catalana se convierte en la segunda española que gana la prueba extrema que recorre el desierto del Sáhara a pie durante una semana a través de 250 kilómetros.

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