Laia Sanz ya tiene su 20º cetro mundialista que la acredita como la mejor piloto de motos de todos los tiempos. A sus 35 años, la de KH-7 ha conseguido su sexto Campeonato del Mundo de Enduro Femenino tras dominar sin problemas la última cita doble de la temporada que se ha disputado este fin de semana en Langeac, a 160 km de Lyon, en el GP de Francia de la especialidad.

Solo un mes después de proclamarse campeona del mundo de Trial Femenino por 14ª vez, este domingo ha vuelto a hacer historia al sumar su 20º entorchado en total, una cifra mágica que la piloto española se propuso alcanzar este año cuando decidió regresar a las dos competiciones que dominó tiempo atrás.

Época difícil

En el Trial llevaba ocho años sin competir desde que se retiró en 2013, mientras que en el Enduro fueron cuatro las temporadas que se mantuvo ausente del certamen internacional. Pese a sufrir muchísimo para estar al nivel, como consecuencia de la enfermedad de Lyme que condicionó su vida en 2020, Laia Sanz volvió a demostrar una vez más el porqué de su lema “quien tiene la voluntad, tiene la fuerza”. 

Siempre fiel a esa filosofía de vida que lleva al límite cuando monta encima de una moto en condiciones desfavorables, ya sea por lesión, por enfermedad o por las inclemencias propias de las competiciones extremas que ha disputado, la de Corbera de Llobregat no se rindió en ninguna de las seis carreras disputadas del Mundial de Enduro Femenino, que saldó con cinco triunfos y un tercer puesto.

Así resumía su felicidad Laia Sanz cuando ha tenido unos minutos de pausa para valorar el hito logrado: “Estoy muy contenta de haber ganado el campeonato de Enduro, y más tras haber vencido en el Trial también, pero sobre todo después de esta época que ha sido tan difícil para mí. Habiendo sufrido tanto, y al echar tanto de menos el Enduro y el Trial, ha sido muy bonito volver a estos campeonatos y poder ganar. ¡Ha sido brutal! Estoy muy feliz”.