Memphis libra al Barça de un disgusto

Cuando el Barça navegaba, presa de la impotencia, emergió la figura de Memphis para librarlo de un disgusto, un serio disgusto en San Mamés. Estaba el equipo azulgrana desorientado, superado por el Athletic en todo momento, sobre todo en la primera hora de partido, halló la rebeldía necesaria para sortear la primera derrota del curso. Donde no parecía que hubiera peligro llegó el disparo, imponente, poderoso, rotundo, sin margen para la tontería que había mostrado el Barça, sin tener ritmo ni gobierno. No jugó nada, pero nada bien el conjunto azulgrana, aferrado a esas piernas que parecen columnas dóricas de Memphis. Un delantero capaz de vivir por sí solo, dolido, además, porque el Athletic, y su presión, le hizo la vida imposible.

Ausentes

Entró tarde el Barça a San Mamés. Sabía del inicio del partido, fijado para las 10 de la noche, pero no se enteró. No compareció al partido. Estaba despistado, atolondrado de tal manera que en los primeros dos minutos había concedido tres saques de esquina del Athletic. Eso con ser dramático no fue, ni mucho menos, lo peor. Todavía estaba por llegar. De repente, a Neto, el portero suplente, le entró un ataque de pánico. Parecía que tenía los pies llenos de cemento, enganchados a la línea de gol, como si el larguero fuera su única casa. Y ese pánico del guardameta se contagió a todo el equipo, sobre todo a la línea defensiva. Era incapaz de superar la presión ordenada por Marcelino. Pero la presión no era el mayor aliado que poseía el Athletic. El verdadero amigo era Neto porque cada balón que le daban sus centrales, Piqué y Eric García, era casi una condena. Así lo sentía el brasileño, así lo sufrió el equipo, así lo padeció Koeman. Y, además, ese nerviosismo se trasladó hasta la línea ofensiva donde Braithwaite tiró a la papelera una soberbia acción individual de Memphis. Rasgó al conjunto vasco por la banda derecha y dejó al danés en la frontal del área pequeña. Más fácil incluso que un penalti. Pero Braithwaite envió el balón a la ría de Bilbao amenazando la estabilidad física del Guggenheim. Nervios atrás porque miraban a Neto y veían el pavor dibujado en su rostro. Nervios arriba porque solo Memphis estaba a la altura, desaparecido su socio danés, eclipsado por el monumental error, impropio de un delantero del Barça, y sin demasiadas noticias de Griezmann.

Piqué, lesionado

¿El Athletic? A lo suyo. Presión a Neto y el botín deseado. Era una ecuación con resultado casi inmediato. Y a Koeman, que tenía construido un Barça para descansar y salir en los pies de Ter Stegen, que está a punto de volver, se le comían los demonios. Como a los compañeros del brasileño. O a miles, millones de culés. Encima, Piqué, tras caer mal de un salto, se tiró al suelo, levantó la mano y pidió el cambio a la media hora de encuentro.. Perdón, a la media hora de tortura azulgrana, salvado en el último suspiro por el aliado de Neto. Un disparo venenoso de Sancet, que se giró como Pedro por su casa en el área azulgrana, fue escupido por el larguero. Marcelino se desesperaba porque miraba el marcador de un ruidoso San Mamés (eran 10.500, pero parecían 50.000) y llegado el descanso iluminaba el 0-0 inicial. Al Barça le birlaron un gol legal, ya con el tiempo concluido de la primera mitad cuando Martínez Munuera tardó en anular el gol a Araujo, quien suplió a Piqué. Un tanto que los azulgranas entendían que era legal, provocando protestas sin éxito.

Todo lo mal que empezó el Barça en la primera parte lo repitió en la segunda. Ni siquiera una jugada defensiva sensacional de Araujo despertó al equipo de Koeman, que se estaba consumiendo poco a poco. El gol era cuestión de tiempo. El gol de Athletic. Y llegó en una acción a balón parado. Un córner servido con delicadeza por Muniáin halló el tesoro depositado en la cabeza de Iñigo Martínez, un central imperial que se adelantó a toda la defensa azulgrana aprovechando la pantalla sobre Araujo. Saltó más el central vasco. Saltó mucho más el Athletic, castigando la indolencia del Barça. Al noveno saque de esquina, y en menos de una hora, encontró el camino adecuado. Y al minuto 58 eran ya 12 córners, retrato de la impotencia del conjunto de Koeman. El Barça no tenía argumentos ofensivos. Era darle el balón a Memphis y esperar un milagro porque estaba jugando prácticamente solo en un dañino retorno a la tierra. Un viaje contra la realidad del equipo. Una realidad que ya era con Messi. Y más triste aún sin Messi. Aunque ya con el Athletic cansado, incapaz de resistir el tono físico, coincidiendo con la aparición de Sergi Roberto por un exhausto Pedri. Robó la pelota Busquets a un despistado Dani García, conectó Sergi y Memphis se inventó un golazo donde no había nada antes. Se rompió el partido dejando espacios donde solo existía espacio para tipos rebeldes que nunca se esconden. Y menos para Memphis, capaz de conectarse de maravilla con De Jong, líderes con y sin pelota. Ambos sostuvieron a un tierno y superado Barça en San Mamés en un enloquecido partido que tuvo perdido y hasta lo pudo ganar si el exdelantero del Lyon hubiera tenido más piernas para liquidar al Athletic.

FICHA DEL PARTIDO

Athletic: Agirrezabala (5), Lekue (6), Vivian (6), I. Martínez (7), Balenziaga (5), Dani García (6), Vencedor (6), Berenguer (7), Muniaín (6), Sancetl (7) y Williams (5)

Entrenador: Marcelino (6).

Cambios: Raúl García (4) por Sancet (m. 67); Vesga (5) por Vencedor (m. 67); N. Williams (5) por Muniaín (m 76); Zarraga (s.c.) por Dani García (m. 82): Morcillo (s.c.) por Berenguer (m. 82)

Barça: Neto (3), Dest (4), Eric García (4), Piqué (5), Jordi Alba (4), De Jong (6), Busquets (5), Pedri (4), Griezmann (4), Depay (7) y Braithwaite (4).

Entrenador: Ronald Koeman (5).

Cambios: Araujo (6) por Piqué (m. 30); Sergi Roberto (6) por Pedri (m. 62); Demir (6) por Braithwaite (m. 62); Emerson (s.c) por Dest (m. 826

Goles: 1-0, Iñigo Martínez (m 50); 1-1, Memphis (m. 75)

Árbitro: Martínez Munuera (5), valenciano

Tarjetas amarillas: I. Martínez (m. 20); Eric García (m. 27).

Tarjeta roja: Eric Garcia (90+3).

Estadio: San Mamés

Espectadores: 10.500