AUTOMOVILISMO

Mick Schumacher: el hijo del mito conquista la Fórmula 2

  • El piloto alemán entrará por la puerta grande en la F-1, donde el año que viene conducirá un Haas
  • "Se parece a su padre, se levanta como él, camina como él y tiene su gen competitivo", dice Berger

Mick Schumacher. / ANDREJ ISAKOVIC (AFP)

Ha heredado su apellido, su aspecto físico y el gen de la velocidad. Mick Schumacher sigue la estela de su famoso padre, Michael Schumacher, heptacampeón del mundo de Fórmula 1. Este fin de semana se ha alzado con el título de la Fórmula 2 y con todo merecimiento el próximo curso dará el salto a la Fórmula 1 con Haas.

La familia y los más allegados piensan hoy en lo orgulloso que estaría Michael, víctima de un accidente de esquí que le dejó graves secuelas, viendo ahora a su primogénito alzando un trofeo que, sin duda, le permite llegar a la F1 por la puerta grande.

Gerhard Berger, ex piloto de F1 y actual jefe del DTM, no duda en que Mick Schumacher tiene un porvenir prometedor. "Se parece mucho a su padre, se levanta como él, camina como él, me he dado cuenta de que incluso tiene sus brazos, pero lo más importante es que tiene los genes de competición de Michael. Si sigue con este rendimiento, su carrera le llevará hacia la F1", asegura el austríaco, al que 'Schumi' sustituyó en Ferrari en 1996. El joven Mick es miembro de la Ferrari Driver’s Academy.

Negocio a la vista

A los dueños de la F1, el grupo estadounidense Liberty, tampoco les ha pasado desapercibido el gancho comercial de Mick Schumacher y ya piensan en el suculento negocio de márketing que supondrá tener al hijo del ‘Kaiser’ en la parrilla. "Será una gran historia, por supuesto", reconoce su presidente Chase Carey: "Michael Schumacher es un personaje único en la Fórmula 1, un ícono de nuestro deporte. La presencia de su hijo Mick en la Fórmula 1 va a ser especial. Tocará los corazones de muchos aficionados", dice.

Pero a sus 21 años, Mick Schumacher es un chico serio, centrado, bien asesorado y con la cabeza muy bien ‘amueblada’. Se ha trazado el objetivo que en su día planeó junto a su padre: llegar a la Fórmula 1, pero lo ha alcanzado sin prisas, sin dar un paso en falso en su carrera. Tres años después de debutar en monoplazas en la F4 alemana, ya consiguió la Superlicencia FIA para competir en F1. Pero después de ganar la F3 Europea se ha forjado dos años en la Fórmula 2, siendo su único objetivo estar preparado para cuando llegara el momento. Ahora ha llegado el momento tras su fichaje por Haas impulsado por Ferrari. 

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