CARRERAS POPULARES

La frustración del corredor popular de maratones

Inscritos en el maratón de Barcelona que debía celebrarse este domingo confiesan su desilusión por haberse preparado en vano, si bien comprenden los motivos del aplazamiento y confían en correr en otoño

Imagen del Maraton de Barcelona en su primer kilometro de recorrido del año pasado.

Para unos 17.000 corredores y corredoras este lunes es día de resaca; de resaca amarga por lo que debía haber sido y finalmente no fue. Ayer tenían que haber tomado las calles de Barcelona para protagonizar la 42ª edición del maratón de la capital catalana. Se habían entrenado durante meses y confiaban en poder cumplir su objetivo justo el año en el que el número de la carrera coincide con el de kilómetros que distinguen a la icónica prueba.

Pero hoy no están rotos y bajan las escaleras sin ninguna dificultad. Su cuerpo está fresco. Su ánimo, comprensivo,pero con cierta desilusión. Aquí, fueron de los primeros en ver cómo la crisis del coronavirus frustraba sus planes: el maratón de Barcelona se postergaba al otoño,a tan sólo ocho días para su celebración.

"Aunque de alguna manera me lo esperaba, yo mantuve la esperanza hasta el último momento. Venía de correr el de Sevilla (23 de febrero) y creía que quizá también podríamos correr el de Barcelona", cuenta a EL PERIÓDICO Abigail García, administrativa que buscaba completar su vigésimo maratón.

"Pero cuando el día que tenían que pintar la línea del trazado me dijeron que no iban a hacerlo, ya asumí que no se disputaría", prosigue esta mujer, integrante del Club de Atletismo de Parets.

Miquel Pucurull, entrenando en la Diagonal de Barcelona. / RICARD CUGAT

La cancelación aún no se había hecho oficial. Pero la sospecha y los rumores mantenían en vilo a la mayoría de inscritos. Los mensajes en sentido contrario de los organizadores no acababan de calar. Tokio y Roma ya habían suspendido sus pruebas. Barcelona acabaría haciéndolo el 7 de marzo y ofreciendo el 25 de octubre como nueva fecha para su disputa.

"Te desmoronas"

"Cuando vi que París cancelaba su maratón, ya me imaginé que Barcelona, que tiene el mismo organizador, haría lo mismo", expone Txema Colomer, corredor amateur y secretario del Club Athletic Running. "Igualmente, cuando se anuncia, te desmoronas y no puedes dejar de sentir cierta desilusión por más que lo esperes y lo entiendas".

"Cuando se anuncia la cancelación te desmoronas y no puedes dejar de sentir cierta desilusión por más que lo esperes y lo entiendas"

Txema Colomer

Corredor amater y secretraio del Club Athletic Running

El 29 de febrero, la capital francesa canceló elmedio maratón previsto para el 1 de marzo. La mayoría de las 44.000 personas que iban a disputarlo ya habían recogido su dorsal. Y muchas de ellas acabaron saliendo a correr el día de la carrera sin el auspicio de la organización.

El Gobierno francés había prohibido, entonces, los eventos que concentraran a más de 5.000 personas. Cinco días más tarde, el 5 de marzo, la suspensión afectó a la prueba de los 42.195 metros que,en la capital gala, estaba programada para el 5 de abril.

Colomerse vio doblemente afectado. Este año, a sus 52, se había propuesto "una locura": correr los 42 kilómetros de Barcelona y, 20 días después, los de París. "En realidad, Barcelona me hacía mucha ilusión porque iba a hacer de liebre para el grupo de las tres horas y media. Quería ayudar a la gente que quería hacer esa marca. Para mí, es un ritmo cómodo y, además, me iba a ayudar a estar bien físicamente para París", explica este maestro en una escuela de adultos de El Prat de Llobregat.

De ahí su frustración. Y su reacción al día siguiente: "Era domingo y ya ni fui a correr; renuncié a la rutina y a lo planificado. Cuando pasa algo así, sientes cansancio, agotamiento y desilusión". "Después, dejas el egoísmo de lado, entiendes la decisión y sabes que tienes que ayudar siguiendo los consejos sanitarios", asume. 

Un pequeño chasco

"Es un trauma, claro, pero yo me recuperé rápidamente porque el panorama es muy serio y no podemos hacer broma con esto", dice a este diario Miquel Pucurull, unos de los nombres ilustres del atletismo popular en Catalunya.

"Si se estaban cancelando otros eventos, cómo no se iba a suspender la maratón. De hecho, vista la situación, me sorprendió que no tomaran la decisión antes", prosigue Pucurull que, a sus 81 años, buscaba acabar en seis horas el que habría sido sucuadragésimo séptimo maratón.

"Es un trauma, claro, pero es muy serio y no podemos hacer broma con esto"

Miquel Pucurull

Maratoniano de 81 años

Para Pedro López, iba a ser el número 49. Y su objetivo, un reto no menor para un amater: bajar de las tres horas. "Como se venía venir, me fui haciendo a la idea, pero igual ha sido un pequeño chasco no poder correrla. Son meses de preparación y de pegarte tus buenas palizas", dice a EL PERIÓDICO López, de 44 años, y responsable de los sistemas de información de la Organización Catalana de Trasplantes.

"De haberlo sabido antes, nos habríamos entrenado de otra manera, más suave. Pero la correré en octubre y, antes, intentaré correr la de Empúriespara aprovechar la preparación ya hecha", añade con serias dudas sobre si se podrá disputar.

La prueba está prevista para el 3 de mayo y en su página web se mantiene tal cual. Tras las medidas tomadas por las distintas administraciones, no es descabellado pensar que también se suspenderá.

La cadena de consecuencias es diversa. Para Fernando Rosa, fisioterapeuta y preparador del grupo con el que se entrenan Pedro y de Txema, el aplazamientosupuso un golpe profesional: los corredores anularon todos los masajes que tenían programados para la semana previa a la carrera y también los de la posterior.

"¡Es un fastidio, pero qué se le va a hacer, hay que amoldarse!", dice Rosa, con la esperanza de poder recuperar todo ese trabajo en octubre.

La incertidumbre

Abigail García ya sabe que no recuperará una parte de lo que invirtió: tras el de Barcelona, pensaba correr el maratón de Madrid, el 26 de abril, y el de Vitoria, el 10 de mayo. Madrid, principal foco de coronavirus en el estado, ya oficializó su aplazamiento y su nueva fecha: el 15 de noviembre. Vitoria, otro de los lugares con más afectados por la enfermedad, aún mantiene la cuenta regresiva en su web: 54 días.

"Todo esto ha partido mi temporada de maratones y me mantiene en la incertidumbre porque todavía no sé si podré hacer el de Vitoria. Pero yo seguiré entrenándome y saliendo con la bici. No queda otra que esperar a que todo esto pase", apunta Abigail, convencida de que, en otoño, podrá correr en Barcelona y festejar sus 40 años completando los 42 kilómetros de Madrid.

Para entonces, Pucurrull estará a punto de cumplir los 82. Y su empeño seguirá siendo el mismo: acabar el maratón de Barcelona en seis horas, el límite, y convencer a los organizadores para que, en 2021, lo amplíen en un par de horas más.