Los partidos pueden ser broncos. Y siempre suelen serlo más aquéllos que juegan los equipos que están inmersos en una pelea tan intensa, quizás algo menos mediática, que los que luchan por el título. Cuando se está abajo, cuando cada punto que se suma es como un tesoro vestido de salvación, no se está para florituras, para 'jogo bonito', sino para enriquecer el casillero sin importar la suerte del contrario. Pero lo que no se puede permitir es la derrota porque es algo así como el río que desemboca en el mar y entonces es el morir. Para el Espanyol y para cualquiera en su dramática situación.
Sin embargo, la derrota de este domingo (2-1) ante el Valladolid fue como una crónica anunciada desde el minuto 24 cuando David López recibió la segunda tarjeta amarilla. Se hablará -y posiblemente con mucha razón- que la primera cartulina fue injusta. Pero el jugador blanquiazul sabía que, amonestado, no se podía jugar la pierna, que debía serenarse, tomar una imaginativa valeriana y que si no llegaba al balón era mucho mejor dejar pasar al contrincante que derribarlo. Dos amarillas, como siempre, equivalían a una roja. David López, a la calle, y el Espanyol a circular por la misma vía pero predestinados irremediablemente a perder el partido en cuanto bajasen las fuerzas, como así fue, por el esfuerzo titánico de tener que jugar 66 minutos con 10 jugadores.
Estadística a favor
Enfrente tenían a un rival que no podía permitirse un tropiezo. La estadística jugaba a favor de las esperanzas del Espanyol: el Valladolid no ganaba en Zorrilla desde el 3 de noviembre, por lo que no era tan descabellado regresar a Barcelona, al menos, con un empate. ¿Pero con 10? Con 10 ya era una proeza, a pesar de que con David López en el campo el conjunto pucelano, muy nervioso al inicio, solo había disparado una vez a la portería de Diego López, desgraciadamente otro protagonista negativo del encuentro.
La verdad es que hasta el descanso, con el Espanyol muy entero físicamente, apenas se notó la ausencia de efectivos y hasta tuvo el conjunto de Abelardo la gran ocasión, con un remate de Calleri, para adelantarse. Casi ver para creer cuando la situación parecía tan complicada.
Error de Diego López
Fue un espejismo. La situación cambió absolutamente tras el descanso. El Espanyol renunció absolutamente al ataque y colocó el 'autobús' ante la portería de Diego López. Con 10 un empate sonaba a gloria, pero era muchísimo el tiempo y las oportunidades locales comenzaron a llegar. Estaba visto. En una de ellas el Valladolid marcaría y rompería todo el encanto y cualquier racha blanquiazul.
Tuvo que ser Sandro, que había comenzado el partido como reserva, el autor del primer tanto castellano. El exazulgrana se aprovechó de la flaqueza de Diego López, en una doble jugada en la que el portero del Espanyol estuvo muy desafortunado. Había llegado lo peor, lo que no tenía remedio y más en la situación tan dramática de un equipo que llegó y salió de Zorrilla como colista de Primera.
Luego vino el segundo gol, con revisión del VAR, en otro jugada desacertada de la defensa visitante. El 2-0 ya condenaba definitivamente al Espanyol, a pesar de la tímida esperanza -el VAR determinó los siete metros por unas manos de Kiko Olivas en el área- por el penalti transformado por Embarba en el tiempo añadido. "Salió cruz en esta final. Quedan siete partidos en casa y para salvarnos los hemos de sumar de tres en tres", imploró Abelardo. El primer contrincante, el Atlético. Sobran las palabras.
La ficha del partido
2 - Real Valladolid: Masip (7); Moyano (7), Kiko Olivas (6), Salisu (6), Raúl Carnero (6); Óscar Plano (5) (Hervías (6), m.72), Míchel (5) (Sandro (7), m.63), Alcaraz (6), Toni Villa (7) (San Emeterio (6), m.79); Guardiola (7), Ünal (6).
1 - RCD Espanyol: Diego López (4); Javi López (6), Bernando (5), Cabrera (5), Didac (5); Embarba (6), David López (3), Marc Roca (6) (Iturraspe (s. c.), m.85), Darder (6); Wu Lei (4) (Ferreyra (s. c.), m.85), Calleri (5) (Pedrosa (6), m.70).
Goles: 1-0, m.77: Sandro. 2-0, m.83: Guardiola. 2-1, m.90: Embarba, de penalti.
Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias (Comité navarro) (6). Mostró cartulina amarilla a Raúl Carnero (m.88), del Real Valladolid, y a David López (m.16 y 24 -roja-), Marc Roca (m.36), Embarba (m.78) y Darder (m.88).
Estadio: José Zorrilla
Asistencia: 19.645 espectadores.