RECONOCIMIENTO ATLÉTICO

María Pérez, una revelación con marcha para rato

La granadina ha sido designada atleta española del año tras el bombazo de su medalla de oro en los Europeos de Berlín

María Pérez, el pasado mes de agosto en los Europeos de Berlín. / EFE / FELIPE TRUEBA

El mejor atleta español del año es una mujer. No importa que Bruno Hortelano batiera dos récords de España en 200 y 400 metros, que Álvaro Martín se proclamara campeón de Europa de 20 kilómetros marcha o que el bravo Fernando Carro sorprendiera con la medalla continental de plata en los 3.000 metros obstáculos. Un jurado soberano formado por 104 representantes de todos los estamentos del atletismo (directivos, estadísticos, periodistas, entrenadores, jueces, clubs y veteranos) decidió esta semana que el trofeo, que lleva el nombre de José Luis Alonso, debía ser este año para una pequeñísima pero batalladora marchadora que el pasado mes de agosto asombró con una contundente victoria en los Europeos de BerlínMaría Pérez es ya oficialmente, a sus 22 años, el mejor/la mejor atleta español/a del ejercicio, pero con marcha para rato.

El éxito de María Pérez es el éxito de "una guerrera", como la define siempre Daniel Jacinto Garzón. El entrenador es el único que ha tenido en toda su carrera deportiva la marchadora de Orce, una pequeña localidad granadina de 1.200 habitantes que alumbró a ese fenómeno de la naturaleza. "En la marcha española, solo Miguel Ángel López y yo tenemos el mismo entrenador desde que éramos pequeños", cuenta Pérez, que el 11 de agosto protagonizó una de las sorpresas más descollantes en los Europeos.

Reacción impresionante

Era una mañana calurosa e incidentada en Berlín, ya que una fuga de gas en la histórica zona de la Breitscheidplatz aconsejó a la organización ir aplazando la salida de la prueba femenina de 20 kilómetros hasta que se solapó con la masculina. Un pelotón de 58 atletas (30 de ellas mujeres) tomó el circuito en una matinal que acabaría siendo histórica, con doblete de títulos para María Pérez y el extremeño Álvaro Martín, y una plata para el madrileño Diego García Carrera

En el caso de la granadina, era el primer título en 32 años -desde Mari Cruz Díaz en Stuttgart en 1986- y la tercera medalla continental para la marcha femenina española, sumando el bronce de unos días antes de Júlia Takács en la nueva distancia de 50 kilómetros.

La reacción de María Pérez en las última vueltas fue impresionante. Viniendo desde atrás, superó a la italiana Antonella Palmisano y a la checa Anezka Drahotova y entró triunfalmente con 1.26.36 h., récord del campeonato, segunda marca mundial del año y récord de España, superando el anterior tope de María Vasco, la única medallista olímpica española en esta modalidad (bronce en Sídney 2000).

Los vídeos históricos de Vasco y de Beatriz Pascual estuvieron entre los argumentos motivacionales de María Pérez, que 15 días antes de los Europeos, tras concentraciones en altura en Sierra Nevada y Font Romeu, tuvo problemas en los isquios que la obligaron a hacer una de las cosas que más odia: entrenarse en la piscina. Pero lo hizo, como ha hecho siempre los sacrificios necesarios para convertirse en una gigante de la marcha desde sus 1,56 metros de estatura.

El consejo de Hortelano

De pequeña jugaba a un poco a todo en el colegio (fútbol, baloncesto…), pero una visita del marchador de Guadix Paquillo Fernández, acompañado de Garzón, hizo que cayera hechizada por la marcha. Además, se le daba bien. "Aprendía los movimientos de forma natural, tenía un don para la marcha", confiesa. A los 15 años dejó Orce para ir a Guadix, donde la ayuda de Garzón ("Sus padres me acogieron como si fuera de la familia", agradece) lo hizo todo más sencillo, compaginando su progresión con el Bachillerato y, después, con su carrera de Educación Infantil, porque los niños son otra de sus grandes pasiones.

El paso de los 10 kilómetros (en edades más tempranas) a la distancia olímpica de 20, lejos de ser un problema, fue una bendición para el motorcito indestructible de María. "Se me hacían más cortos los 20 kilómetros que los 10", ha asegurado en alguna ocasión. Sin sentir la más mínima presión, en el 2017 fue subcampeona europea sub-23 y 10ª en su primer Mundial, en Londres.

Berlín fue su consagración, ayudada por un buen consejo de Bruno Hortelano. "Si llegas bien, ¿por qué no te exiges el oro?", le dijo el velocista. "Es verdad –se dijo María-. Voy a salir a ganar". Y así fue.

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