Un Espanyol alegre empata en Balaídos

La palabra ilusión genera muchos sentimientos. A las aficiones futbolísticas, sobre todo en el debut de los equipos en la Liga, les crea optimismo, fe en sus jugadores y sobre todo alegría en el cuerpo cuando queda toda la temporada por delante. Y este nuevo Espanyol, de la mano de un técnico llamado Rubi, que siempre sabe conducir a sus jugadores a buen puerto, seguro que este sábado despertó la confianza de la hinchada perica con un empate aguerrido, peleado, combativo y con un conjunto blanquiazul que no se entregó en ningún momento ante un Celta que siempre trató de jugar tocando el balón aunque demostró que está muy lejos de comprender las consignas de su nuevo técnico.

Fue la suma de un punto que, en el fondo, supo a gloria y que hasta pudieron ser tres de no haberse producido una jugada tan desgraciada como determinante, cuando David López despejó una jugada de Iago Aspas, por supuesto el más peligroso y mejor de los futbolistas vigueses, que acabó sorprendiendo y entrando a la portería de Diego López. Aspas empujó la pelota al fondo de la red, pero el balón impulsado por el defensa blanquiazul que vestía de rojo ya estaba dentro de la portería.

Un rival extraño

El Espanyol se encontró enfrente con un equipo extraño; con un Celta que unas veces apostaba por jugar al ataque y en otros por replegarse y dejar que fuera el conjunto catalán el que llevase el ritmo y el control del partido. Fue un Celta también que salió en bloque, durante los primeros 20 minutos en los que el Espanyol se tuvo que encerrar en su campo, sin opción de atacar, sin posibilidades de pasar a terreno visitante; como si estuvieran presos en una jaula sin encontrar la puerta de salida.

Y así no podían seguir porque estaban condenados a entregarse a un milagro traducido en empate o a cambiar la situación, ser más ofensivos y tratar de buscar las cosquillas al Celta. Fue entonces cuando Rubi pidió más constancia a sus jugadores, cuando el Espanyol adelantó sus líneas y el instante para demostrar que también sabían jugar al ataque, dar unos cuantos pases seguidos y no solamente permanecer encerrados y entregados a su suerte.

Gol psicológico

Quiso el destino, por lo tanto, que el Espanyol marcara un gol de los que se denominan psicológicos, cuando los jugadores de Antonio Mohamed, el técnico argentino al que llaman 'El Turco' en su país, ya estaban pensando en los refrescos -la tarde era muy calurosa en Vigo- que los esperaban en el vestuario. Saque de esquina (minuto 44) y Mario Hermoso, que como buen central se había incorporado al remate de un córner, se encontró con un balón muerto en el punto de penalti, que chutó a placer y, de este modo, consiguió el tanto blanquiazul.

Rubi, en la segunda parte, decidió todavía dar más empuje a su equipo, cuando el Celta se puso la careta de equipo dominado. En esta situación llegó el empate local y, a partir de entonces, se presentó un partido sin grandes ocasiones, pero con un Espanyol bien situado que supo asegurar un punto que llegó un baño de oro.

La ficha del partido

Celta 1: Álvarez (6), Mallo (6), Cabral (6), Araujo (7), Alonso (7); Lobotka (8), Beltrán (7), Iago Aspas (8), Méndez (7); Sisto (6), Maxi Gómez (6).

Técnico: Antonio Mohamed (6).

Cambios: Mor (6) por Sisto (m. 52); Boufal (6) por Méndez (m. 76); Ecker (s.c.) por M. Gómez (m. 90).

Espanyol 1: Diego López (8); Javi López (8), Hermoso (8), David López (7), Dídac (6); Darder (6), Víctor Sánchez (7), Marc Roca (7), Piatti (6); Borja Iglesias (6), Baptistao (6).

Técnico: Rubi (7).

Cambios: Sergio García (7) por Borja Iglesias (m.70); Hérnan Pérez (6) por Baptistao (m. 70); Puado (s.c.) por Piatti (m. 80).

Goles:

0-1 (m. 44) Mario Hermoso, tras el lanzamiento de un córner.

1-1 (m. 50) David López, en propia puerta, en un contragolpe de Iago Aspas.

Árbitro: Jaime Latre, aragonés.

Tarjetas: Méndez (m. 42), Aspas (m. 69), Roca (m. 72 ), Alonso (m. 90), Dídac (m. 90).

Estadio: Balaídos. Espectadores: 16.215.