El Girona se ha despertado séptimo en la clasificación tras enlazar su quinta victoria en Montilivi sin encajar un solo gol. Este martes cayó el Celta (1-0) y anteriormente lo habían hecho el Leganés (3-0), el Athletic (2-0), Las Palmas (6-0) y el Getafe (1-0). Bastó un gol de Portu y un impecable ejercicio defensivo para sumar el triunfo y alcanzar los 37 puntos (+18 sobre el descenso). Ya no hay duda que la permanencia es una pantalla superada y que el próximo objetivo son palabras mayores: Europa.

Golpeó primero el Girona, que aprovechó una acción de estrategia para marcar el 1-0. Fue un córner ejecutado por raso por Granell (igual que la falta de Messi) para que Planas enviara el balón a la frontal del área y desde allí Portu no perdonó. Ante la mirada de Lopetegui, el murciano anotó su undécimo gol en Primera División y Montilivi se rindió al mediapunta rojiblanco coreando su nombre.

Minutos de tanteo

El gol rompió la pauta de tanteo de los diez primeros minutos -una ocasión de Pere Pons tapada por un defensa del Celta (3’) y otra de Maxi Gómez bien rechazada por Bounou (9’)- y puso en guardia al equipo de Unzúe, que debió dar un paso al frente.

Fue una primera mitad de dominio esteril de los visitantes ante un Girona bien replegado por el centro y por los carriles, donde Planas (Mojica estuvo en el banquillo) fue titular por primera vez en la Liga. El Celta intimidó con una elevada posesión de balón, pero tuvo auténticas dificultades para pisar el área. Emre Mor, Wass, Jozabed y Aspas triangularon bien en una zona esteril.

Concentración máxima

El Girona siempre tuvo la concentración precisa para abortar uno tras otro todos los intentos de ataques de los visitantes y chispa para intentar acelerar las acciones ofensivas cada vez que robó el balón. El Celta cayó muchas veces en la telaraña de Machín y Bounou apenas tuvo que intervenir. Tampoco hizo mucho más el Girona en ataque, aunque los locales estuvieron más cerca del 2-0 que el Celta del 1-1 en una primera parte más cerrada de lo que se preveía entre dos equipos con muchos recursos ofensivos.

Como era de esperar, los gallegos intensificaron más su dominio en una segunda parte donde el Girona esperó agazapado pero sin conceder ni una sola oportunidad. La segunda pareja más letal de la Liga (Aspas y Maxi) se perdió entre las camisetas rojiblancas y las piernas de los locales. Fue un bosque impenetrable donde el Celta anduvo perdido. De hecho, la única oportunidad que tuvieron los de Unzué fue provocada por un resbalón de Bernardo que Aspas quiso culminar con una vaselina que atajó Bounou. La acción se inició en un córner a favor del Girona en la que los locales reclamaron penalti por unas manos.

Jugadas de estrategia

El Girona sobrevivió a base de defender. En ataque, los rojiblancos lucieron poco. Solamente inquietaron en acciones de estrategia donde Ramalho, primero, y Bernardo, después, a punto estuvieron de marcar el 2-0. Unzué se la jugó con Radoja y Boyé, pero todos los centros visitantes fueron desactivados, uno tras otros. Y con las bandas controladas y Aspas y Maxi maniatados, los celtiñas arrojaron la toalla.