Antes de su gol prodigioso en el minuto 92 ante el Depor, Sergio Ramos se vio envuelto en una tangana que posiblemente debió costarle la tarjeta roja. Y es que el central blanco agredió con un fuerte empujón al central Sindei justo delante del árbitro. Y lo hizo, además, a dos palmos del árbitro, que de forma salomónica zanjó la situación con una tarjeta amarilla para cada jugador.
No había balón por en medio. Y no puede alegar el colegiado que no viera nada. Sergio Ramos propinó un empujón violento al defensa del equipo gallego a no más de 20 centímetros de Jaime Latre y sin balón por en medio.
La acción indignó a los jugadores coruñeses, frustrados por la derrota en el último suspiro por 3-2 después de llegar con una ventaja de 1-2 hasta la recta final del partido. El Madrid, que viaja ya a Japón para disputar el Mundial de Clubs, se mantiene a seis puntos del Barça en la Liga.