Daniel Saric jugará este viernes su último partido de alto voltaje en el Palau Blaugrana. Tras siete años en el Barça, el portero bosnio (Doboj, 1977), nacionalizado catarí, intentará una remontada más en la Liga de Campeones de balonmano, obligada por la derrota en la ida de los cuartos de final en la pista del THW Kiel de Alemania por 29-24. Cinco goles son la frontera que separa el éxito del fracaso de un equipo al que Saric dejará a sus 38 años para prolongar tres temporadas más su carrera en el A-Qiyadah de Catar, antes de regresar para quedarse a vivir en Barcelona, ciudad de la que él y su familia (esposa y tres hijos) están enamorados.

-Para despedirse, toca otra remontada épica bajo la llamada 'magia del Palau'.  Sí, será un partido bastante difícil ante un equipo alemán que demostró ser muy fuerte y que nos pondrá las cosas complicadas en este partido de vuelta. Pero yo estoy de acuerdo con mi entrenador, Xavi Pascual, en que la magia del Palau no bastará, porque debemos corregir lo que hicimos mal en la ida y somos nosotros, los jugadores, quienes debemos tener claro lo que tenemos que hacer, los que debemos meter goles, para balones, defender bien… El Palau siempre ha estado de nuestro lado, ha sido el octavo jugador y nos ha dado un empujón cuando ha hecho falta, y esta vez tampoco fallará, eso seguro.

-Y, personalmente, serán muchos los sentimientos que aflorarán en este encuentro, ¿verdad?  Sí, y quiero disfrutar de este partido como un bebé, pero ganarlo como un gran profesional. Yo estaré ahí para echar una mano si el míster lo cree necesario, como he hecho siempre y como debe ser este sábado también.

-¿Se irá con un buen sabor de boca, tras siete años en el Barça?  Sí, claro. He pasado siete años muy bonitos, personalmente y como deportista. He ganado todo los que se puede ganar, el Barça me ha dado muchísimo, y ya me emocioné mucho el otro día, cuando anuncié la despedida. Lo más importante para mí es que entré en el club por una puerta pequeña y me voy por una puerta grande, y eso quiere decir que mi trabajo aquí ha servido para algo. Creo que la gente va a guardar un buen recuerdo de mí, y eso es lo más importante para una persona y para un deportista.

-Y usted, ¿qué recuerdos deportivos guardará de su paso por el club?  La Champions. Bueno, las Champions, porque ganamos dos, en el 2011 y el año pasado. Pero me quedo con la primera porque significó mucho más que ganar. Veníamos de perder la final el año anterior y todo el mundo empezó a dudar de nuestro trabajo, pero enseguida conseguí mi primera Champions como azulgrana. Luego también acabamos con el ciclo del Atlético de Madrid en España y comenzó el nuestro. Son recuerdos que no me puede borrar nadie.

-¿Y qué se lleva de su convivencia en la portería con gente como Barrufet, Sjostrand, Sterbik y, ahora, Pérez de Vargas?  Siempre me he llevado bien con mis compañeros de portería, incluidas mis anteriores etapas con Svensson o Peric. Siempre he aprendido algo de ellos. Incluso de Gonzalo [Pérez de Vargas], que tiene 14 años menos que yo, he aprendido cosas. Siempre he tenido buena química con los otros porteros.

-¿Le veremos de nuevo por Barcelona en unos años?  Claro que sí, mi familia y yo ya hemos decidido que cuando acabe mi etapa en Catar nos vendremos a vivir aquí. Son muchos los amigos que tenemos y hemos planificado nuestra vida futura aquí, sin duda.