Florentino y Benítez comparten la bronca del Bernabéu

El público volvió a lanzar "gritos" de dimisión contra el palco y pitó al entrenador cuando se anunció su nombre por megafonía

Florentino Pérez, en el palco, durante el partido contra el Getafe.

Se temía lo peor después del mazazo de la eliminación en la Copa por alineación indebida, pero el castigo no alcanzó el nivel de decibelios del día del clásico. Ni mucho. Pese a ello, Florentino Pérez tuvo el honor de compartir la bronca del público con Rafael Benítez, al que se le dedicó la pitada de la tarde cuando su nombre sonó por la megafonía. Ni siquiera se libró de la ira del público Cheryshev, que fue pitado en la presentación de los jugadores suplentes.

 

«Que no salga Isco, que está sancionado», gritaba un sector de la grada antes del inicio del encuentro. Sin embargo, nada más pitar el árbitro el inicio del encuentro las cosas comenzaron a ponerse mal para un habitante del palco. «Florentinodimisión», comenzó a gritar el público. Inmediatamente la llamada Grada de Animación salió el defensa del presidente del Madrid para tapar la bronca. «Ahora más que nunca te quiero Real Madrid», repetían.

Ambiente crispado

Con el ambiente crispado, la llegada de los goles fue aminorando la agresividad de la grada. La tuvo con el hombre que había pedido al público en la previa que animara y que ahora aparece muy señalado después del 0-4 ante el Barcelona. Al técnico madrileño no hizo ningún caso el público. Todo lo contrario porque la bronca que se llevó fue de las dejan huella. Quizá tuvo que ver la apreciación del entrenador, que había señalado que su equipo no está tan mal como la gente se cree. «Tengo el máximo respeto por nuestra afición. Sabíamos cómo podía estar el ambiente y trabajamos para salir muy concentrados», afirmó Benítez tras el encuentro.

Emilio Butragueño

«Seguimos pensando que tenemos razón con Cheryshev. Vamos a ver qué sucede"

El técnico tuvo palabras de elogio para Benzema por sus dos tantos y su buen encuentro. También para el resto de jugadores por su respuesta tras la derrota ante el Barça. «La reacción del equipo tras un mal momento ha sido muy positiva», añadió Benítez. Sabía que había ejercido de apagafuegos, aunque todo iba a ser cómodo para Florentino porque nada más comenzar la segunda mitad los gritos pidiendo su dimisión volvieron a dejarse oír.

Era como si la estrategia estuviera perfectamente diseñada: «Si la cosa va mal, pitos, y si hay goleada y el partido se cae, pitos y bronca». Y así fue hasta que la languidez del juego del Madrid en la segunda mitad dio paso al aburrimiento. Ni siquiera había ganas de bronca según avanzaba el choque. Tampoco al final, quizá porque el público sabe que lo de la Copa no será la última. Que llegarán más fiascos dentro y fuera del campo hasta que este Madrid de Florentino cambie la caja por el sentimiento y, tras una profunda reflexión, se convierta en un club serio.

Sin autocrítica

No lo parece después de oír ayer Emilo Butragueño insistir en la tesis del club en el caso de Cheryshev. «Seguimos pensando que tenemos razón con Cheryshev. Vamos a ver qué sucede», declaró el director de relaciones institucionales. Añadió que el club «es muy respetuoso con el público» para responder a los pitos de la grada en el gol de Alexis.

Diga lo que diga El Buitre, de momento solo queda hueco para el cachondeo. «Amarilla a Danilo. Miguelito, corre, mira a ver si es la quinta porque cumpliría ciclo», le decía Paco González al redactor de la Cope. Y es que la chirigota de Cádiz aún no ha terminado. Ni mucho menos.