Un solo gol en 180 minutos (y de penalti inexistente) dictó sentencia también en el otro duelo de este miércoles de cuartos de final de la Champions. La Juventus ha defendido sin apuros la mínima ventaja obtenida en Turín con el acierto de Arturo Vidal. La enorme experiencia del conjunto italiano le bastó para frenar al bisoño Mónaco. Le dejó dominar, le dejó el balón pero no le permitió ni chutar a portería.
La Juventus regresa 12 años después a una semifinal (2003). Entonces alcanzó la final y la perdió. Tiene dos representantes para recordarlo, Buffon y Pirlo, aunque el centrocampista militaba entonces en el Milan, el otro finalista. Como todavía conservan talento -Pirlo chutó a la cruceta en el último minuto- , revivirán la experiencia en el ocaso de su carrera. Rodeados por otros veteranos (Marchisio, Chiellini, Barzagli...), controlaron con mucha tranquilidad a la joven delantera local.
NI UN SUSTO
El mayor era Ferreira, con 21 años. Por si esa candidez era el problema en un primer tiempo en el que el Mónaco ni siquiera asustó, Leonardo Jardim sacó a Berbatov (34) por Toulalan, pero no fue la solución que desencallara el empate: cargó el ataque pero vació el centro del campo. El peso del juego fue desgastando al Mónaco, cada vez con menos fuerza, menos tiempo y menos lucidez, y menudearon algunos contragolpes italianos, muy cómodos en un perfil de partido que han disputado toda la vida: defender una ventaja. «Queríamos pasar a toda costa», admitió Buffon, quien también confesó que jamás pensó que tardaría tanto en volver a una semifinal.