la ansiedad ya parece cosa del pasado. Rafael Nadal se sintió agobiado después de caer en Miami y lo hizo público mostrando su debilidad, algo inaudito en este mundo tan competitivo. Ayer, apenas 15 días después, la situación ha dado un giro de 180 grados. La llegada de la tierra le ha tranquilizado y su actuación en el Masters 1.000 de Montecarlo, donde cayó en semifinales ante Novak Djokovic, le permite ser optimista y empezar a ver el vaso medio lleno.
«En Montecarlo he jugado el mejor torneo del año. Por primera vez no he tenido altibajos. Ha sido la semana más positiva, tanto en mi juego como en la concentración. Espero que eso sea un punto de inflexión importante para el futuro», valoraba ayer en la rueda de prensa que ofreció en el Barcelona Open Banc Sabadell, donde debutará mañana.
CUARTO DEL MUNDO / De momento, Nadal ha subido una plaza en el ranking mundial (ahora es cuarto) y eso es importante para evitar cruces con los mejores antes de semifinales. En Barcelona, donde el año pasado cayó en cuartos, podría recuperar puntos para mantener esa posición cara a las citas de Madrid (campeón), Roma (finalista) y Roland Garros (campeón), en las que no podrá sumar muchos puntos más. A pesar de eso, como siempre, Nadal se mostró precavido sobre sus posibilidades de ganar el noveno título en Barcelona. «El cuadro no es fácil. Me ha tocado una primera ronda incómoda, posiblemente contra Almagro, que me ganó el año pasado. Quiero hacer un buen torneo y llegar lo más lejos posible, pero ganar el título es otra cosa. Estoy preparado para todo y si pierdo me iré a casa a preparar el siguiente torneo. El tenis es un deporte y hay que aceptarlo así», recalcó.
LA NUEVA RAQUETA / Nadal insistió en que está en un proceso de recuperación. «Las cosas no pasan de 0 a 100 de golpe. El año pasado llevaba una buena temporada hasta que me lesioné en la muñeca y después tuve la apendicitis. Todo lleva un proceso de recuperación, no siempre puedes hacerlo bien desde el principio. Eso crea ansiedad. Mi ilusión y trabajo son máximos, pero conmigo la gente cree que desde que reapareces debes estar arriba, porque lo he hecho otras veces».
Tampoco le dio demasiado valor al cambio de raqueta. En el modelo de ahora hay más separación de las cuerdas. «No es un factor decisivo en mi tenis. Es más mental que otra cosa. He ganado muchos torneos con la raqueta de antes para pensar lo contrario. Con la nueva buscamos algo nuevo, darle más más efecto a la bola y que despida más, a cambio de perder control», explicó.
Lo importante para Nadal es que siente que vuelve a estar a un nivel alto de juego y que han desaparecido los altibajos de inicio de temporada. Esas dudas de «pegarle a la bola con la ansiedad de comérmela. Eso ya no lo siento. Ahora hay que lograr que el esfuerzo mental de concentración y seguridad se convierta en una rutina. Mi objetivo es dar continuidad al juego de ahora e intentar hacerlo lo mejor que sé».
LA CARRERA A PARÍS / La derrota encajada en Montecarlo ante Djokovic la valoró Nadal con tranquilidad, sabiendo que ese partido llegaba pronto. El año pasado le sucedió algo parecido cuando perdió con el tenista serbio en la final de Roma, pero después le ganó en Roland Garros. «Djokovic está con una gran confianza. Su temporada es impecable y hay que felicitarlo por ello. Sin duda es el mejor jugador del mundo y yo debo trabajar duro para intentar recuperar el nivel más alto y plantarle cara». Barcelona le servirá para comprobar los progresos en la carrera de ambos hasta París.