Quitó Carlo Ancelotti a Isco, uno de los niños mimados del madridismo, en el partido ante el Villarreal (1-1) y el Bernabéu criticó esa decisión. Sacó el técnico a Illarramendi para dar "equilibrio" al equipo que se estaba viniendo abajo, pero eso le costó la reprimenda del público. "Si la afición no entendió el cambio, lo siento", aseguró después el técnico italiano.
"En la primera parte tuvimos un ritmo muy bajo, hicimos muchos centro porque la circulación del balón era lenta. En la segunda parte, no fuimos eficaces con las oportunidades que tuvimos", reconoció, en la rueda de prensa posterior al partido, el entrenador blanco, que asumió también el haber perdido la renta que tenía con el Barça.
"Los dos puntos de ventaja no son nada, pero tenemos que disfrutarlos", añadió. Ahora, tanto el líder como el equipo azulgrana dependen de sí mismos. "Hemos perdido dos puntos, pero la Liga se va a decidir en el último partido. No hemos tenido impotencia, pero no hemos tenido suerte", concluyó.