FÚTBOL. LA AUSENCIA DEL SÍMBOLO DEL BARÇA

Puyol: «Me quiero retirar en el campo y no en un quirófano»

El defensa no se retira de la selección y asegura que desea seguir jugando «muchos años»

Puyol abandona ayer la sala de prensa de Sant Joan Despí. / JORDI COTRINA

Utilizando una expresiónpuyoliana, el sábado entra en el taller, pasa una revisión -será operado de la rodilla derecha-, estará seis semanas de baja ajustando las nuevas piezas y en julio cuando el Barça de Tito Vilanova se ponga en marcha, el capitán estará a punto. «Da rabia porque llega en un mal momento, me pierdo la final de la Copa, el partido más bonito del año, y es imposible ir a la Eurocopa, pero es como si fuera una revisión del coche», subrayó ayer Carles Puyol, el defensa del Barcelona, empeñado en acabar su carrera deportiva con las botas puestas. Sea en el Camp Nou, vestido con la zamarra azulgrana, o en cualquier estadio del mundo, con la camiseta deLa Roja.

«Lo que sí tengo claro es que me quiero retirar en el campo y no en un quirófano», dijo el capitán. No era una frase casual de Puyol. Ni mucho menos. Era mucho más que un mensaje. Era, es, y será el lema que presidirá los últimos años de su carrera. ¿Hasta cuándo? Ni siquiera él adivida el final. Tiene 34 años, lleva en el Barça desde 1999, ha sufrido la travesía del desierto con los años delgasparismo antes de recalar en el paraísoguardiolista que ha cambiado el alma del club. Y como punto de encuentro de los tiempos de depresión hasta la época más grande jamás vista del Barça queda Puyol, su esencia, su melena, su espíritu, su carácter indestructible. Las rodillas, primero la izquierda, ahora la derecha, se quiebran, pero él vuelve a ponerse de nuevo en pie. Y resiste ahí arriba.

«VOLVER A TOPE» / Mientras el fútbol no se detiene -queda una final de Copa para despedir el 25 de mayo a Guardiola y España defiende su corona en la Eurocopa-, Puyol para. El domingo, tras acabar el derbi, notó unas molestias en su rodilla derecha, los médicos lo examinaron y le propusieron entrar lo antes posible en el quirófano, sin tiempo que perder ni siquiera para lamentar lo que se queda atrás. Y puestos a elegir, el capitán («el titán Puyol» ,como lo definió el seleccionador español Vicente del Bosque), escoge la vía más optimista. «Lo veía más negro la pasada temporada; el sábado me opero, el domingo empiezo la recuperación y pronto volveré a estar a tope», dijo con naturalidad recordando «el calvario» del verano pasado que casi le llevó a pensar en una retirada. Ahora, en cambio, no. «Es menos grave y más clara esta lesión», añadió.

NO SABER DOSIFICARSE / Hace un año estuvo torturado porque no sabía lo que tenía. Ahora, sí. Por eso, no quiso hacerse ilusiones con la posibilidad de apurar para llegar a la Eurocopa ya que entendía que eso sería «una injusticia» porque hay «muy buenos centrales en España que sí están al cien por cien». De ahí, que Puyol no dudara en coger el teléfono para llamar a Del Bosque y comunicarle su ausencia. Después, charló con Casillas, el otro pilar de la selección junto a Xavi. «Es una baja muy delicada, tanto por lo que da dentro Puyol como por lo que da fuera», confesó preocupado el meta del Madrid.

El capitán del Barça solo tiene un problema. No sabe dosificarse. Sabe que debe hacerlo -la edad, 34 años, y sobre todo, la exigencia del calendario que se refleja en sus doloridas piernas-, pero no halla el camino adecuado. «No sé si aprenderé a dosificarme, ya me dicen que tendría que hacerlo. Pero yo tengo una forma de jugar y es complicado para mí», confesó. No sabe Puyol jugar sin ser Puyol. Por mucho que lo intente, no se reconoce. «El año pasado ya me retiraban y volví», confesó.

Digan lo que digan, no se imagina abandonando el fútbol golpeado por las lesiones. Puyol se ve jugando «cinco o seis años» más, derrotando, de nuevo, a su cuerpo. «Lo siento por Juanjo Brau», dijo en referencia al fisioterapeuta que le acompañará, «ya que se quedará sin vacaciones. Pero es mi amigo y sabe que volveré en perfectas condiciones».