La temporada azulgrana // Las reflexiones del técnico

Guardiola: "Nos ha faltado algo de finura y paciencia"

El entrenador defiende a Bojan y se ofrece a "ayudarle para lo que sea"

De pie. Tenso, agitado, enfadado desde el minuto dos. Y hasta irritado. Así vivió Pep Guardiola, el técnico azulgrana, el final de la racha de victorias ligueras. Angustiado por un empate, el de Getafe, que le devuelve el recuerdo de la igualada ante el Racing. Entonces salió Messi en la segunda parte para marcar el 1-1 de penalti. Ayer, en cambio, Leo estaba en el palco, mordiéndose las uñas. Tanto como Guardiola. "Nos faltó algo de finura y paciencia", dijo el técnico sobre la poca precisión que tuvo el Barça en los metros finales.

La máquina no estaba tan ajustada como en otras ocasiones, algo natural si falta Messi. Si Iniesta tampoco está. Si Márquez, la pieza que mejor dibuja el juego defensivo desde atrás. "¿Si hayMessidependencia?Esa es vuestra opinión", comentó Guardiola, recordando que "Leo es un jugador muy bueno, especial, pero también había otros que no podían jugar. Eso son hipótesis", recalcó el técnico azulgrana, quien prefirió no poner en peligro el cuádriceps de la pierna derecha del argentino. Ayer, no. ¿El miércoles, en Lisboa? No lo quiso anunciar Guardiola. Tampoco avanzó si Messi reaparecerá el sábado en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.

"NADA QUE REPROCHAR" A

pesar de que el Barça se encalló en casa, justo antes de iniciarse la cuesta de diciembre, Guardiola no halló excesivos motivos para la autocrítica. Es verdad que lamentó que el Getafe "nos quitara el balón al inicio, nos precipitamos en los últimos metros", pero después encontró argumentos para la esperanza. "En líneas generales, estoy satisfecho del partido, aunque queríamos hacer el gol muy deprisa", precisó el técnico, antes de subrayar: "No tengo nada que reprochar al equipo".

Ni siquiera a Bojan, que ha convertido cada partido en el más decisivo de su carrera, a pesar de que solo tiene 18 años y está en el inicio de todo. Pero anoche, cuando Guardiola le dio la titularidad, el joven pareció angustiado. Obsesionado. Enredado en demostrar que cada balón era el único que le quedaba. Por eso, cuando el técnico lo cambió, Bojan quedó desolado. Algunos creyeron incluso que había llorado.

Pero nadie vio esas lágrimas en el imberbe rostro de un delantero que necesita recuperar la paz interior. Ser solamente Bojan. "Le doy las dos manos para que crezca, para ayudarle, para animarle en lo que sea. No debemos olvidar la edad que tiene", insistió el técnico, consciente de la presión que soporta el delantero. La que procede del exterior y la suya.

"Estoy contento con su partido, lo he visto bien", afirmó Guardiola sobre Bojan, tras recalcar que jugó en una posición en la que no está acostumbrado. Por vez primera fue titular en la Liga. Por vez primera de extremo derecho. "Él es punta, punta, pero nos ha ayudado y nos ha dado profundidad. Además esta semana ha entrenado de forma fantástica. Se merecía jugar", añadió.

EL APLAUSO FINAL

Pese a su desconsuelo, Bojan jugó casi una hora y descubrió la enemistad con el gol. Guardiola no se marchó a casa abatido. Tampoco la gente. "El público que ha venido al estadio ha tenido el detalle de aplaudirnos al final del partido. Llevan muchos años viniendo y no se les engaña tan fácilmente", recordó el técnico. "Ellos han visto un equipo que lo ha intentado hasta el final. Pero nos faltó un pelo de definición, nos faltó el pase final, el centro bueno... Eso, a veces, pasa".

Ayer, pasó. El Barça quedó frenado por el Getafe. Sigue siendo, eso sí, líder --"tampoco ganando habríamos sido ya campeones, igual hasta nos viene bien", dijo el técnico--, y ahora le toca defender ese lugar.