Reconstrucción histórica

Crónica del atropello mortal de Gaudí por un tranvía: un 'mal tripi' con trasfondo social

El arquitecto fue tomado por un vagabundo tras ser golpeado por un vehículo de la línea 30 y vivió una peripecia de pesadilla que afloró la realidad de las clases

Se cumplen dos décadas del regreso del tranvía a Barcelona, y con motivo de este aniversario EL PERIÓDICO ha desplegado una serie de contenidos informativos en torno al impacto del emblemático transporte público

El carruaje con el féretro de Gaudí, a su paso por la Rambla / Archivo

Antoni Gaudí murió el 10 de junio de 1926, a los 73 años, en el hospital de la Santa Creu, un lugar que conocía bien. La obsesión del arquitecto por reproducir las formas de la naturaleza llegó al paroxismo en la Sagrada Família. Quería modelos para todas las esculturas. Fotografiaba a los elegidos y por lo común les sacaba moldes de yeso. Muy satisfecho quedó con el hallazgo de un gigante con seis dedos en un pie (una señal maligna, interpretó) que se convertiría en el soldado que mata a inocentes por orden de Herodes en la fachada del Naixement. La burra que monta María, con Jesús en brazos, en la huida de la familia a Egipto tuvo que ser izada con un arnés para que no se moviera y poder hacer su matriz. Unas fuentes dicen que el animal era propiedad de un chatarrero y otras que pertenecía a una vendedora de tierra. Gaudí y su equipo cloroformizaron pavos y pollos para vaciarlos en escayola. En hospitales consiguieron esqueletos para profundizar en la investigación de la anatomía humana.