La ola de revisionismo histórico iniciada por el movimiento Black Lives Matter (‘la vida de los negros importa’) ha traspasado las fronteras de Estados Unidos y en la vieja Europa algunas potencias han empezado a releer su pasado. En 2020 el rey de los Belgas pidió perdón por los abusos cometidos en el Congo y un año después Alemania reconoció por primera vez que había cometido un genocidio en Namibia. La Iglesia católica se disculpó a través del Papa Francisco por los pecados cometidos en México y la anglicana decidió examinar los símbolos coloniales de los lugares de culto. En 2017 Emmanuel Macron se propuso reconciliar a la nación con su pasado después de calificar la colonización francesa de Argelia de “crimen contra la Humanidad”. España, en cambio, parece resistirse a abrir un debate sobre las consecuencias de un periodo cuyas sombras siguen proyectándose en el presente. ¿Por qué?
DEBATE CANDENTE EN EUROPA
¿Por qué España se resiste tanto a revisar su pasado colonial?
A diferencia de otros países europeos, las instituciones españolas rehúyen el debate sobre un periodo con consecuencias en el presente
Protesta anticolonial, el pasado 12 de octubre en Barcelona. /
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