"Cuando llueve, cuando hace más frío o cuando el cielo está más gris, la gente no come fresas... Es una fruta que apetece cuando sale el sol, por su poder refrescante", cuenta Vicenç Escandell, gerente de una empresa que lleva trabajando desde 1941 con frutas y verduras, con sede en el mercado de mayoristas de Mercabarna. Las fresas, que en febrero se encuentran en uno de sus mejores momentos del año, se han convertido en un producto del que se puede disponer durante todo el año.